Es mediodía
y un socorrista de la Creu Roja de Castelldefels ya ha atendido un par de
picaduras de medusa. "Es poca cosa. Hace tres semanas sí que tuvimos unas
quince picaduras por día", afirma. Y, aunque no lo dice abiertamente, sabe
que lo peor está aún por llegar. Las previsiones del Instituto de Ciencias del
Mar (ICM) es que Catalunya viva en materia de medusas un verano como en el
2006, cuando se produjo la última llegada masiva de estos organismos que obligó
a cerrar al baño numerosas playas catalanas. Desde el pasado fin de semana ya
se observan, en casi la totalidad del litoral central, a poco más de 50 metros
de las playas, grandes bancos de medusas.
"Hasta
la orilla sólo llegan las más pequeñas. Por eso, si hay, lo mejor es bañarse con
cuidado y sin alejarse", apunta el socorrista. En su puesto ya están
preparados, como siempre. Suelen ser picaduras más molestas que peligrosas. Al
cabo de dos horas, siempre dependiendo de los casos, ya prácticamente están
olvidadas. Hay que evitar tocarlas, aunque se encuentren en tierra y muertas.
Es recomendable la utilización de crema solar o vestir con ropa que impida el
contacto directo con los tentáculos... Si hay olas, mejor no estar tampoco en
la zona donde rompen.
¿Pero por
qué esa llegada masiva? Según fuentes del Proyecto Medusa del ICM, la causa se
halla en las escasas lluvias del pasado invierno y primavera -apenas ha llegado
agua dulce al mar y la mayor salinización favorece la proliferación de las
medusas-, y también en las altas temperatura en el litoral y en la aparición de
vientos que las acerquen a la costa. A eso se suma la desaparición de
depredadores como las tortugas y los recortes en prevención.
"Lo que
no se tiene que hacer nunca es lavar la picadura con agua dulce. Nosotros también
aplicamos hielo con agua de mar", añade el socorrista, de tan solo 21
años. "Congelamos agua dentro de un guante. Vamos cortando trocitos y los
damos a los bañistas para que se los apliquen", continúa.
A unos
metros del puesto de socorro de Castelldefels, una niña de unos seis o siete
años se queja de que algo le ha picado en el pie. Su madre se lo lava con la
propia agua del mar. O ha sido una medusa pequeña u otro habitual del litoral:
un pez araña. En el agua, en la orilla, apenas se ven todavía medusas, aunque
la cosa cambia mucho entre los 50 y 200 metros mar adentro. Quien sale con
kayak asegura que a esa distancia hay una plaga. "Si hay medusas, la gente
sí que se asusta un poco más y se cogen menos hamacas -explica el responsable
de un puesto de tumbonas-. De todas formas este verano hay más gente que otros
años, pero se alquilan menos hamacas y se consume menos en los
chiringuitos".
"Es
difícil que las picaduras de medusa se compliquen... Salvo si eres alérgico, si
te pican muchas por meterte en medio de un banco o si estás buceando y una de
grandes dimensiones te pica en la cara...", apunta otro de los vigilantes
de la playa de Castelldefels. "Las especies que tenemos aquí son más
molestas que otra cosa. Puede llegar a ser, como mucho, como una picadura de
una avispa o la quemadura de un mechero", añade.
Todo
dependerá del viento y de las mareas. Aunque entre los bañistas la posible
llegada masiva de medusas no es tan temida como hace años. "Que vengan si
quieren. La playa es suficientemente grande para todos. Yo mientras no me
toquen mi cervecita y mi bocadillo de jamón...", dice José, sexagenario
que acude cada día a la playa desde que se jubiló. "Con los niños estás
más en la orilla que dentro y podemos vigilarlos y estar atentos de que no toquen
ninguna medusa", añade un padre cuyos dos hijos no paran de coger agua y
llenar un agujero hecho justo en la orilla. "Hay crisis y la playa es
gratis. Si hay medusas, no nos meteremos lejos... Pero seguiremos
viniendo", sentencia otro bañista.
Leer más:
http://www.lavanguardia.com/medio-ambiente/20120730/54330968386/medusas-acercan-costa.html#ixzz2I8oItj4S
Publicado en
lavanguardia.com, el 30 de julio de 2012
Las fotos están tomadas de Internet
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