jueves, 5 de abril de 2018

CHINCHES DE LA CAMA, MÁS PELIGROSAS DE LO QUE CREEMOS


Las chinches son capaces de albergar el patógeno que causa la enfermedad de Chagas durante 97 días, según muestra una investigación reciente.

Aunque generalmente se considera una molestia o una plaga irritante, se sabe que la chinche común (Cimex lectularius) es capaz de albergar más de 40 patógenos causantes de enfermedades humanas. En la transmisión a los humanos es donde las chinches parecen no ser tan buenas como algunos de sus otros primos que también se alimentan de sangre. Los entomólogos tienen alguna evidencia de que las heces de chinches de cama pueden ser un canal para la transmisión de enfermedades, por lo que es aconsejable estudiar qué patógenos pueden tener las chinches y qué tan bien pueden sobrevivir esos patógenos dentro de ellas.



Con ese fin, los investigadores de chinches de la Universidad Estatal de Nuevo México han investigado la capacidad de las chinches para llevar el Trypanosoma cruzi, el protozoo que causa la enfermedad de Chagas, e informan de sus hallazgos en un nuevo artículo publicado en Journal of Medical Entomology. En un experimento de laboratorio, los investigadores encontraron que casi todas las chinches que alimentaron con sangre infectada con T. cruzi luego mostraron formas vivas del patógeno en sus entrañas y que T. cruzi frecuentemente sobrevivió a través de la muda de sus huéspedes.



Este último hallazgo, conocido como persistencia transestadial, es notable porque las ninfas del chinche mudan típicamente después de cada ingesta de sangre, lo que hacen cinco veces antes de llegar a su etapa adulta, dice Álvaro Romero, profesor asistente de entomología urbana en NMSU e investigador principal en el estudio."Si T. cruzi no pudiera persistir durante el proceso de muda, las ninfas serían menos efectivas como vectores ya que tendrían que alimentarse de un huésped infectado para volver a adquirir el parásito en sus entrañas después de cada muda.” dice Romero.

Foto publicada en la fuente original https://entomologytoday.org/2018/01/30/study-further-evidence-bed-bugs-transmit-chagas-disease-pathogen/


Romero y sus colegas Brittny Blakely y Stephen Hanson, intentaron comprender cuánto tiempo T. cruzi podría sobrevivir dentro de las chinches, y descubrieron que, además de que el parásito sobrevivía a través de las etapas ninfales, el T. cruzi duró hasta 97 días en chinches macho adultos alimentados con sangre infectada (no se sabe si podría durar más tiempo, ya que el experimento se detuvo después de ese período). La evidencia podría tener implicaciones epidemiológicas importantes, dice Romero, en caso de que se establezcan ciclos de infección por T. cruzi entre chinches y humanos en áreas endémicas de la enfermedad de Chagas.


Trypanosoma cruzi. Ciclo de vida



La enfermedad de Chagas es una infección transmitida por vectores con síntomas que varían de leves a potencialmente mortales, y se transmite principalmente por insectos en la subfamilia Triatominae, una agrupación de aproximadamente 130 especies que se encuentran en las Américas. (A menudo se los conoce como "bichos que se besan" por su hábito de alimentarse de las caras de los humanos dormidos). Los insectos que se alimentan de sangre transmiten la enfermedad de Chagas a través de sus heces, y la infección afecta a 8 millones de personas en México, América y América del Sur, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.


 
Trypanosoma cruzi

Los hallazgos de los investigadores de NMSU ofrecen más evidencia de que las chinches podrían potencialmente propagar la enfermedad de Chagas en condiciones naturales. Un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania publicado en 2015 mostró que las chinches podrían transmitir la infección a los ratones en un entorno de laboratorio, aunque se necesita más investigación, dice Romero, para juzgar si dicha transmisión puede ocurrir de chinches a humanos, en un entorno del mundo real, y hasta qué punto.


Trypanosoma cruzi


"También esperamos que este trabajo despierte el interés de la comunidad de investigación latinoamericana de analizar con más detalle la epidemiología de Chagas o cualquier otra enfermedad en sus países y comprender mejor el potencial de las chinches para transmitir el agente causal de la enfermedad en condiciones naturales", Dice Romero.



Fuente: Entomology Today
Study Offers Further Evidence of Bed Bugs’ Ability to Transmit Chagas Disease Pathogen 


Publicado en ANECPLA, el 16 de febrero de 2018

Las imágenes de Trypanosoma cruzi las he conseguido por una búsqueda como tal en Google Imágenes. Agradezco a sus autores por compartirlas en la red.

Dos especies nuevas de cucarachas exóticas detectadas en la península Ibérica


PRIMERA CITA DE DOS NUEVAS ESPECIES EXÓTICAS DE CUCARACHAS (INSECTA: BLATTODEA) PARA LA PENÍNSULA IBÉRICA: PYCNOSCELUS SURINAMENSIS (LINNAEUS, 1758) Y BLATTA LATERALIS (WALKER, 1868)



Durante el ejercicio de nuestro trabajo como profesionales del control de plagas urbanas, detectamos dos nuevas especies exóticas de cucarachas (Insecta: Blattodea). Por una parte, se encuentran ejemplares de Pycnoscelus surinamensis (Linnaeus, 1758), el 19 de junio, instaladas en dos macetas ubicadas en la segunda planta de un edificio de la ciudad de Hospitalet de Llobregat. Estas macetas llevaban dos años en el edificio. Por otra parte, se encuentran ejemplares de Blatta lateralis (Walker, 1868), el 24 de junio, en un parque ajardinado de la ciudad de Almería durante una inspección nocturna. Se recolectan de varios parterres.






Figura 1. Hembra adulta de Pycnoscelus surinamensis. Imagen: Carlos Pradera


Sobre Pycnoscelus surinamensis, Felipe Pascual (2015) plantea la possibilidad de que se encuentre en la península Ibérica, ya que está instalada en Canarias, Azores y Madeira. Es endémica de la región Indomalaya. Un primer registro fuera de esta región es de 1822 de las Islas Hawai (Schwabe 1949). El adulto mide 18-25 mm, tiene el pronoto negro, excepto los márgenes frontales y laterales, de color amarillento, y las alas de color marrón cubren todo el abdomen (Fig. 1). Es excavadora y pasa la mayor parte de su vida bajo tierra. Se alimenta de plantas y se reproduce por partenogénesis. La hembra lleva los huevos en el abdomen hasta el momento de la eclosión. Este comportamiento facilita que, a través del comercio de plantas, pueda ser transportada accidentalmente. Pensamos que, de la misma manera que ha aparecido en macetas en un edificio de Hospitalet de Llobregat, aparecerá en otros lugares.


Sobre Blatta lateralis, se trata de un encuentro que no esperábamos, teniendo en cuenta el trabajo de Felipe Pascual (2015). Es una especie endémica de la Región de Oriente Medio, distribuida desde Egipto hasta Afganistán. Fuera de esta región un primer registro es de 1978, cuando se encuentra en una instalación militar de Lathrop (California, USA), llevada por personal militar al volver de Oriente Medio. Posteriormente, se detectó, también en los Estados Unidos, en Georgia, Texas, Arizona y Nuevo México (Rios 2013). Presentan dimorfismo sexual; el macho es de color marrón amarillento (14-23 mm) provisto de alas que cubren todo el abdomen (Fig. 2) y la hembra es negra rojiza (19-25 mm) con franjas amarillas en los laterales del tórax (Fig. 3). Su llegada a Almería es desconocida.






Figura 2. Macho adulto de Blatta lateralis. Imagen: Carlos Pradera






Figura 3. Hembra adulta de Blatta lateralis. Imagen: Carlos Pradera


Ambas especies tienen un fuerte potencial para establecerse y convertirse en plagas urbanas. Pycnoscelus surinamensis se instala en jardines urbanos mientras que Blatta lateralis lo hace tanto en exteriores como en interiores de viviendas. Estas dos especies se añaden a las cuatro exóticas que ya tenemos establecidas en el medio urbano de la península Ibérica: Blatta orientalis (Linnaeus, 1758), Blattella germanica (Linnaeus, 1767), Periplaneta americana(Linnaeus, 1758) y Supella longipalpa (Fabricius, 1799).



Fuente: Primera cita de dues noves espècies exòtiques de paneroles (INSECTA: BLATTODEA) per a la península Ibèrica: Pycnoscelus surinamensis (Linnaeus, 1758) y Blatta lateralis (Walker, 1868)

Publicado en ANECPLA el 23 de marzo de 2018