Un
tratamiento con vapor de peróxido de hidrogeno aplicado a superficies y
habitaciones en hospitales, después de la limpieza y desinfección rutinaria,
reduciría hasta un 64% el número de pacientes contaminados con las bacterias
más comunes que presentan resistencia a los tratamientos con antibióticos. Esta
práctica mejoraria el control de infecciones hospitalarias, un importante
factor de mortalidad, morbilidad y gasto sanitario.
Contra las superbacterias
Los pacientes
colonizados por bacterias resistentes a los antibióticos durante los
tratamientos hospitalarios es un problema persistente y con tendencia a
aumentar, estando en mayor riesgo aquellos pacientes que permanecen en una
habitación de hospital ocupada anteriormente por un paciente infectado.
Un estudio
realizado por el Johns Hopkins Hospital de Baltimore (EEUU) mostró que el uso
de vaporizadores robóticos, que dispersan vapor de peróxido de hidrogeno en el
aire, resulta altamente efectivo para eliminar y prevenir la propagación de
múltiples bacterias resistentes a los fármacos, las llamadas superbacterias.
En la
investigación, se colocaron dispositivos individuales en las habitaciones del
hospital, después de realizar la limpieza rutinaria, para dispersar una fina
película de peróxido de hidrógeno sobre todas las superficies de equipos
expuestas, así como en suelos y paredes de las habitaciones.
Los
resultados mostraron que esta práctica redujo en un 64% el número de pacientes
que posteriormente fueron contaminados con una supebacteria, como
Staphylococcus aureus (MRSA), Clostridium difficile o Acinetobacter baumannii,
independientemente de si el ocupante anterior de la habitación estaba infectado
con alguno de estos microorganismos patógenos o no. En el caso del enterococo
resistente a la vancomicina (VRE), el tratamiento incluso redujo en un 80% el
riesgo de colonización en los pacientes.
Según los
expertos, este tratamiento representa un avance tecnológico importante en la
prevención de la propagación de bacterias peligrosas en el interior de los
hospitales y en la transmisión de estas entre pacientes, mejorando sus
posibilidades de recuperación.
El estudio
incluyó alrededor de 6.400 pacientes del hospital, que ocuparon 180
habitaciones, y a los que se hizo seguimiento durante dos años y medio. Casi la
mitad de las habitaciones se sometieron al tratamiento con vapor de peróxido de
hidrogeno en el intervalo entre pacientes, mientras que el resto siguieron el
protocolo de limpieza habitual. Se hallaron superbacterias en un 21% de
habitaciones evaluadas, principalmente en aquellas habitaciones no tratadas con
el vapor.
"Nuestros
resultados demuestran que esta solución tecnológica, cuando se combina con la
limpieza estándar, puede ser efectiva y descontaminar sistemáticamente las
habitaciones de los pacientes. Al mismo tiempo puede contribuir a aumentar
otras prácticas de comportamiento, como
el cumplimiento estricto del lavado de manos entre el personal del hospital y la desinfección de los pacientes con clorhexidina
cuando son ingresados en el hospital ", afirma Trish M. Perl, epidemióloga
del hospital Johns Hopkins y profesora de la Johns Hopkins University School of
Medicine.
Uso de los
vaporizadores
Los
vaporizadores utilizados en el estudio, desarrollados por la empresa BIOQUELL,
están compuestos por dos dispositivos de fácil uso.
Vaporizadores Bioquell (foto publicada en pharmaceutical-int.com)
Después de
haber limpiado la habitación, se colocan los dispositivos dentro y se sella la
habitación. El mayor de los dos dispositivos dispersa el vapor de peróxido de
hidrógeno en la habitación, dejando una capa muy fina (de 2 a 6 micras de
espesor) sobre todas las superficies expuestas, incluyendo muebles, teclados,
monitores, etc.
Debido a que
el peróxido de hidrógeno puede ser tóxico para los humanos si se ingiere o
corrosivo si se deja sobre la piel durante demasiado tiempo, el segundo
dispositivo se activa para descomponerlo en sus partes de agua y oxigeno. La
operación tarda alrededor de una hora y media en completarse.
Fuente: Johns Hopkins Medicine
Publicado en
Higiene Ambiental, el lunes 7 de enero de 2012
Si queréis consultar directamente la fuente original en inglés:
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