País Vasco y Navarra sufren los ataques de este insecto
invasor, que diezma la población autóctona de abejas productoras.
Dobla el tamaño de las abejas, diferencia que, unida a su
especial violencia, emplea para arrancar la cabeza de sus presas y
posteriormente devorar su cuerpo. Así se las gasta la 'vespa velutina' -avispa
asiática para los no iniciados-, insecto que lleva dos años poniendo en jaque
las producciones apícolas del País Vasco.
Solo en Guipúzcoa fueron detectados y destruidos a lo
largo de 2012 un total de 782 nidos de esta especie invasora. Es la provincia
más afectada, pero no la única: también se ha expandido por Vizcaya y Álava y
por la Comunidad navarra. También en Gerona tienen noticias de ella.
Es aquí donde nace la preocupación entre los alrededor de
700 productores aragoneses, quienes ven con inquietud cómo el avance de la
vespa velutina marcha en dirección a la frontera entre Aragón y la Comunidad
Foral.
"Lo normal es que llegue. Aquí llevamos ya dos años
atentos y vigilantes para actuar en cuanto tengamos el primer indicio. Lo
cierto es que existe bastante preocupación entre los apicultores", indica
Rafa Blanc, veterinario de la Agrupación de Defensa Sanitaria Apícola (ADS) de
Huesca.
Por cercanía con Navarra y por sus condiciones naturales,
las comarcas que muestran mayor peligro de recibir la visita del insecto son la
Jacetania y las Cinco Villas. De hecho (aunque es un extremo sin confirmar) en
el sector se habla de la aparición de una colmena, hace poco más de un año, en
esta última.
Avispa asiática atacando abejas |
Algo más cauto se muestra Alfredo Sanz, director técnico
de la Asociación para la Racionalización y Mejora de la Apicultura en Aragón
(ARNA): "La posibilidad de que llegue a Aragón existe, pero por razones
climatológicas -menos agua y menos vegetación- el riesgo de progresión es
menor". La avispa, que encuentra su origen en China, precisa de entornos
muy húmedos para subsistir, por lo que en regiones secas desplaza sus nidos a
los cauces de los ríos.
¿Cómo llegó a España?
Un estudio del Doctor en Veterinaria Jesús Llorente
determina que la avispa asiática alcanzó Europa a principios de este siglo por
el puerto de Burdeos, como polizón de un lote de productos importados de China.
Su expansión fue progresiva y siempre hacia el sur, hasta alcanzar el Pirineo
vasco.
Un problema que se uniría a otros
La posible llegada de este insecto no es el único
quebradero de cabeza en el sector apícola. "Se uniría a otros como el bajo
coste de la miel por culpa de la importación de otros países, la gran población
de abejarucos (aves que se alimentan de abejas), patologías como la varroasis
(un ácaro parásito que afecta a las abejas en todos sus estadios) o el
'síndrome de despoblamiento de las colmenas', que nos ha pillado
desprevenidos", lamenta Rafa Blanc.
El otro gran rompecabezas de los apicultores aragoneses,
concluye Blanc, se centra en los plaguicidas que se emplean con el maíz:
"El fitosanitario se queda en el penacho del maíz y pasa a las abejas, que
sufren una fuerte desorientación".
Publicado en el diario El Heraldo de Aragón, el viernes 12 de abril de 2013
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