Finalmente, y con el apoyo de 15 Estados Miembros, la Comisión Europea ha aprobado una propuesta
para restringir el uso de tres pesticidas de la familia de los neonicotinoides,
la clotianidina, el imidacloprid y el tiametoxam, durante un periodo de dos
años, con el objetivo de conseguir una mejor protección para las abejas.
Quince Estados Miembros, entre ellos España, respaldaron
la propuesta de la Comisión Europea, que se basa en un informe científico de la
Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), en el que se relaciona el
uso de los insecticidas neonicotinoides con la alta mortalidad de las abejas.
La decisión, basada en un principio de precaución,
restringe, durante al menos dos años, el uso de los insecticidas sistémicos
neurotóxicos de la familia de los neonicotinoides clotianidina, tiametoxam e
imidacloprid como plaguicidas, muy utilizados en cultivos como el girasol, la
colza, el algodón y el maíz.
Los principales aspectos de la propuesta, que será
revisada en dos años o antes si existe nueva información científica disponible,
serían:
Restringir el uso de de clotianidina, tiametoxam e
imidacloprid para el tratamiento de semillas, aplicación en suelo (gránulos) y
tratamiento foliar de plantas y cereales atractivas para las abejas.
Los restantes usos autorizados sólo seran permitidos para
profesionales.
Las excepciones se limitaran a la posibilidad de tratar
cultivos atractivos para las abejas en invernaderos, o en campos al aire libre
sólo después de la floración.
Imagen: Flickr |
Según publica Europa press, la medida podría afectar a un
tercio de las semillas preparadas en la UE. España es uno de los principales
productores, por lo que inicialmente pidió aplazar cualquier decisión hasta
tener más datos científicos concluyentes, aunque finalmente se pronunció a
favor en una primera votación celebrada en marzo.
El voto en contra de ocho países, entre ellos Reino Unido
e Italia, y la abstención de otros cuatro ha impedido la aprobación automática
de las medidas, pero no supone una fuerza de bloqueo, por lo que Bruselas
seguirá adelante con la tramitación de las medidas.
Las restricciones aprobadas se aplicarían a partir del
próximo 1 de diciembre para cumplir con los plazos legales y para dar a los
agricultores tiempo para ajustarse a la nueva norma.
La medida adoptada ha sido recibida de forma muy dispar
entre sectores
La organización ecologista Greenpeace ha instado al
Comisario de Salud y Consumo, Tonio Borg, ha implantar de manera
"inmediata" el veto de dos años a los neonicotinoides. Los
ecologistas extienden sus alertas a otros pesticidas y destacan que países como
Italia, Francia, Alemana y Eslovenia ya ponen en práctica restricciones
parciales al uso de neonicotinoides "sin un impacto negativo significativo
en la producción agrícola".
Por su parte la Asociación de Empresas de la Industria
Fitosanitaria (AEPLA) considera "desproporcionada" la medida por no
tener base científica que lo justifique y ha asegurado que algunos estudios
señalan que el uso de los neonicotinoides no son la causa principal de la
disminución de colmenas en la Unión Europea, sino que figura como la séptima
causa.
El presidente de AEPLA, Carlos Palomar, ha subrayado que
si se quiere proteger a las abejas y otros polinizadores se debería abordar
"de forma global" su salud y atendiendo, sobre todo a los primeros
factores, que son las enfermedades y parásitos. A su juicio, se debería hacer
un muestreo lo suficientemente amplio y potente para que, en estos dos años, se
pueda discernir los efectos reales de los neonicotinoides sobre las colmenas en
vez de prohibirlos. Palomar estima que la prohibición supondrá unos 127
millones de pérdidas en las cosechas al no poder usar semillas tratadas, sobre
todo en maíz y girasol.
Finalmente, la organización profesional agraria UPA-UCE
Extremadura y la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos en
Andalucía (COAG-A) han recalcado su
apoyo a esta prohibición por el perjuicio que estos productos suponían para la
población apícola.
UPA-UCE Extremadura ha puesto de manifiesto que España
ostenta el mayor número de colmenas en la Unión Europea y es líder en
producción de miel. La organización afirma que el sector apícola está sufriendo
de manera dramática desde hace años un aumento de la mortalidad de las abejas,
que genera graves pérdidas económicas y una considerable amenaza para la
biodiversidad, ya que el 84% de los cultivos y el 80% de las plantas silvestres
dependen de la polinización animal, a la que contribuyen de manera esencial las
abejas.
En Extremadura, de 2004 a 2006 se realizaron distintos
estudios en los que ya se apuntaba que las explotaciones apícolas cercanas a
cultivos de maíz, girasol y algodón tenían una mortalidad superior a las que se
encontraban más alejadas de estos cultivos.
La suspensión, que entrará en vigor a partir del 1 de
diciembre de este año, permitirá comprobar si realmente estos productos suponen
un perjuicio para las abejas.
Fuente: Europapress
Publicado en
Higiene Ambiental el martes 7 de mayo de 2013
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