Depredadores y presas son componentes básicos de un ecosistema,
pero las criaturas más vulnerables también poseen herramientas para defenderse
de las especies que amenazan para su supervivencia como, por ejemplo, evitar
ataques advirtiendo al resto de individuos de su grupo de la presencia de
depredadores en las proximidades. Un equipo de investigadores estadounidenses y
chinos ha descubierto que la abeja de miel asiática (Apis cerana) ha
desarrollado un sistema de alerta para prevenir a sus compañeras de colmena de
la presencia de avispas, sus enemigos naturales. ¿Quieres saber cómo? Sigue
leyendo…
una avispa asiática Vespa velutina, atacando a una abeja |
Según sostienen en un estudio publicado en PLOS Biology, se
trata del sistema de alerta más sofisticado detectado hasta ahora en insectos.
Y es que las señales de advertencia que emiten varían en función del contexto y
del grado de peligro que estimen.
James Nieh, investigador de la UC San Diego y autor
principal del estudio, considera que el de las abejas es un sistema más
complejo que el de las hormigas, que emiten vibraciones y zumbidos o liberan
distintos tipos de feromonas para trasmitir alertas a sus compañeras o
indicarles dónde hay comida.
James Nieh |
"Las avispas atacan a las abejas recolectoras cuando
están encima de las flores y también a la entrada de las colmenas. Las agarran
y, a veces, se las llevan a los nidos de avispas, donde las consumen",
relata Nieh.
La abeja que quiere advertir del peligro a sus compañeras
emite una especie de pulsaciones breves, a modo de vibraciones, normalmente
propinando a otras abejas golpes con su cabeza. El tono y la frecuencia de la
vibración cambian según la amenaza que representen.
danza de la abeja obrera |
Impedir la danza de la abeja
Hace seis años, Nieh descubrió que cuando las abejas
recolectoras europeas (Apis mellifera) eran atacadas mientras recogían polen o
néctar de las flores, al volver a su colmena emitían sonidos para impedir que
sus compañeras salieran. Estas señales estaban encaminadas a detener la danza
de la abeja, ya que este sistema de comunicación (mediante desplazamientos y
movimientos) es el que utilizan las abejas para informar a otros miembros de su
grupo la situación y la distancia a la que se encuentra la fuente de alimento
que han encontrado.
Sin embargo, James Neih no conocía qué desencadenaba esas
señales de alerta, así que decidió averiguar primero si otras especies de
abejas también se comportaban de esa manera. En colaboración con sus colegas de
la Academia de las Ciencias de China y del Instituto de Investigación de la
Abeja, en la Provincia de Yunnan, investigó el comportamiento de la abeja
melífera asiática (Apis cerana), que vive en el este de ese continente (es
abundante en India, China y Japón).
Avispa asiática, Vespa velutina atacando una colmena de abejas |
Avispas muy agresivas
Las avispas son depredadores de todas las especies de
abejas, pero la abeja asiática lo tiene aún más difícil porque tiene que hacer
frente a especies particularmente grandes y agresivas. Convive con el avispón
asiático gigante (Vespa mandarinia), considerado el más grande del mundo. Los
individuos de esta especie son muy corpulentos, tienen unos 5 centímetros de
envergadura (7,5 centímetros contando sus alas), cuenta con armaduras
protectoras, potentes mandíbulas y uñas para sujetar a sus víctimas, a las que
inyecta un veneno capaz de disolver los tejidos. Características que han hecho
que se conozca a este avispón como yak-killer.
Vespa mandarina, "Yak killer", foto publicada en http://www.bugsfeed.com/asian_giant_hornet |
Por si fuera poco, la abeja asiática también sufre ataques
de Vespa velutina, otra avispa asiática de gran tamaño pero más pequeña que el
avispón asiático gigante, pues los ejemplares más grandes miden 3,5
centímetros. Esta Vespa velutina llegó hace más de una década a Europa, donde
representa una nueva amenaza para las abejas europeas.
"Desafortunadamente, las abejas de miel europeas son más vulnerables a los
ataques de avispas porque no tienen el sistema de defensa heat-balling",
señala el biólogo.
El heat-balling (bola de calor) es la estrategia de las
abejas para combatir a las avispas, y consiste en acorralar a su enemiga
colocándose alrededor de ella hasta formar una especie de pelota compacta de
abejas. Al mover frenéticamente sus extremidades, las abejas apiñadas consiguen
que aumente la temperatura en el interior de la bola en la que se encuentra la
avispa hasta alcanzar unos 45 ºC, temperatura a la que el enemigo sucumbe.
Una bola de calor "heat-balling" sobre una avispa asiática, Vespa velutina |
Durante su estudio en China, que se prolongó durante dos
años, los investigadores detectaron que cuanto más grande era la especie de
avispa que había atacado a las abejas mientras recolectaban polen, más alto era
el tono de alerta. Además, las abejas que custodiaban la colmena y aquellas que
eran atacadas a la entrada de la colmena emitían señales de alarma más largas
para avisar a sus compañeras del peligro inminente que las acechaba justo a la
salida de panal.
Un grupo de Apis cerana forman una bola de calor "heat-balling" |
"Se desconoce todavía si las señales de alerta que
emiten las abejas europeas también son graduadas en función del peligro. Es
algo que nos gustaría investigar", añade el científico.
Fuente: Publicado en
ANECPLA, el 6 de abril de 2016
http://www.anecpla.com/blog-anecpla-370#.WIdMRRvhCM8Otra fuente de la misma información: http://www.elmundo.es/ciencia/2016/04/05/5703ade2e2704e4b058b45be.html
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