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Un estudio con participación del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) ha detectado elevadas acumulaciones de
insecticidas en el tejido de peces de río. Se trata de insecticidas
piretroides, cuyo uso está muy extendido, desde el ámbito doméstico
(antimosquitos, antipiojos, etc.) hasta las aplicaciones veterinarias y
agrícolas. Según estudios recientes, la exposición de los peces a este
contaminante puede conllevar efectos tóxicos como la acumulación de lípidos en
el hígado, problemas cardíacos y de crecimiento. Los efectos de los piretroides
en los seres humanos no están claros, aunque se sabe que tienen efectos
neurológicos y carcinógenos. Los resultados del estudio se publican en la
revista Environment International.
Barbo gitano |
Los investigadores han analizado 42 ejemplares de peces
(bagres, barbos, truchas, carpas y gobios) capturados a lo largo de cuatro ríos
(Llobregat, Ebro, Júcar y Guadalquivir). “El resultado más sorprendente es que
todas las muestras presentan concentraciones detectables de piretroides”,
apunta Ethel Eljarrat, investigadora del CSIC en el Instituto de Diagnóstico
Ambiental y Estudios del Agua y autora principal del trabajo. “Esto sorprende
porque los piretroides no están considerados contaminantes persistentes y
porque ningún otro contaminante se ha hallado hasta ahora en el cien por cien
de las muestras”.
Los científicos hallaron en los mismos ejemplares otros
contaminantes, y sólo algunos estaban en casi todas las muestras, como los
retardantes de llama PBDEs (presentes en el 85% de las muestras) o los
decloranos (en el 92%).
Carpa de río |
Esta es la primera vez que se detectan piretroides en peces
de río. Los niveles detectados son iguales o superiores a los de otros
contaminantes en los mismos animales. “Ignoramos sus efectos tóxicos con estas
concentraciones, porque no se han realizado suficientes estudios. Pero nuestro
trabajo alerta de que las concentraciones halladas (hasta 5 microgramos por
gramo de grasa) son más elevadas que las de la mayoría de contaminantes
emergentes, como los fármacos, los productos de cuidado personal o los
retardantes de llama. Por eso, los piretroides deberían incluirse en los
estudios de control y de calidad ambiental.”
Los efectos de los piretroides en los seres humanos aún no
están claros, pero se sabe que pueden causar efectos neurológicos y
carcinogénicos. De hecho, la Agencia de Protección Ambiental de los EE.UU.
tiene clasificados algunos de estos piretroides (cipermetrina, permetrina y
bifentrina) como posibles carcinógenos humanos.
Gobio ibérico |
El estudio ha sido realizado por investigadores del Instituto
de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua y del Instituto Catalán de
Investigación del Agua, en el marco del proyecto Consolider SCARCE, coordinado
por el profesor Damià Barceló, que finaliza este mes de diciembre.
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