La leishmaniasis (o leishmaniosis) es un conjunto de
enfermedades y antroponóticas (es decir, el reservorio es el ser humano)
causadas por protozoos del género Leishmania. Las manifestaciones clínicas de
la enfermedad van desde úlceras cutáneas que cicatrizan espontáneamente, hasta
formas fatales en las cuales se presenta inflamación grave del hígado y del
bazo. La enfermedad es una zoonosis que afecta tanto a perros como a humanos.
Sin embargo, animales silvestres como liebres o zorros, entre otros, son
portadores asintomáticos del parásito, por lo que se los considera animales
reservorios. En España y en la cuenca mediterránea es una enfermedad endémica.
Ahora, científicos españoles desarrollan un nuevo y eficiente método de
detección. Mira en qué consiste a continuación.
La leishmaniasis se transmite por la picadura de un insecto
que alberga el parásito (protozoos del género Leishmania): la hembra del
flebotomo, más pequeño que un mosquito y que no emite zumbido al volar. La
actividad del insecto va de mayo a octubre, y el periodo de incubación es muy
largo, de dos a seis meses. Hay dos tipos de enfermedad, la cutánea, más leve,
y la visceral, que es mortal si no se trata. La segunda afecta a varios
órganos, entre ellos el hígado y el bazo. Si se atiende a tiempo al paciente, y
si este no está inmunodeprimido, no presenta complicaciones.
Phlebotomus pappatasi transmisor de la leishmaniasis |
El grupo de Investigadores del Grupo LeishmanCeres, de la
Universidad de Extremadura (UEx) lleva 25 años dedicándose al estudio de
detección y análisis de la leishmaniosis. Investigadores de este grupo han
desarrollado un nuevo método para detectar esta dolencia en animales basado en
una sola muestra de pelo y un único análisis. “Este nuevo método supone un
notable ahorro de dinero, tiempo y personal sobre los actuales métodos
combinados de diagnóstico”, declara a SINC Rubén Muñoz Madrid, autor principal del
estudio.
Grupo LeishmanCeres, de la Universidad de Extremadura (UEx) |
Los principales afectados por esta patología son los perros,
en los que también puede resultar letal. Sin embargo, también se ha detectado
en animales salvajes que pueden actuar como portadores.
Los científicos de la UEx han realizado un estudio, en el que
describen una nueva técnica que detecta la dolencia en el pelo de mamíferos
silvestres, a través de una sola muestra de pelaje y un único análisis
denominado qPCR.
Las técnicas de
diagnóstico habituales para la detección de leishmaniosis en animales salvajes,
combinan siempre varios métodos muy costosos para conseguir una mayor
sensibilidad y fiabilidad de resultados.
Leishmania |
“Por un lado técnicas parasitológicas como la observación
microscópica del parásito o la amplificación de su ADN que utilizan muestras de
tejidos –sangre muy poco sensible, hígado, bazo o médula ósea– y por otro,
métodos inmunológicos para la detección de anticuerpos específicos en sangre
mediante inmunofluorescencia indirecta (IFI) o inmunoenzimática ELISA”,
atestigua el investigador.
EL ZORRO, UNO DE LOS PRINCIPALES PORTADORES EN EUROPA
Los estudios epidemiológicos realizados en Europa sobre
leishmaniosis (Francia, Portugal y España) confirman al zorro (Vulpes vulpes)
como unos de los reservorios silvestres más importantes de la enfermedad. Los
porcentajes de prevalencia son muy variables –pero elevados– oscilando entre el
5% y el 75%, según autores.
el zorro, Vulpes vulpes |
Por su parte, el lobo (Canis lupus) se comporta como un
reservorio silvestre mucho menos importante por su escasa prevalencia (0-5%).
“Zorros y distintas especies de roedores según hábitats sí son los responsables
del mantenimiento de la leishmaniosis silvestre”, añade el experto.
Lobo, Canis lupus |
Todavía resulta prematuro para los científicos saber el
alcance de este nuevo método basado en el pelaje, ya que solo han podido
comprobar la presencia de ADN parasitario en el pelo de perros, de animales
silvestres y ratón de laboratorio infectados con la especie Leishmania major,
causante de la leishmaniosis cutánea humana en Europa, Asia y África.
“Creemos que estos resultados son suficientes para demostrar
que el pelo de diferentes especies de mamíferos se comporta como un tejido
especializado en el secuestro y eliminación del ADN de estos parásitos (L.
infantum y L. major)”, concluye.
Por tales motivos estas investigaciones descubren también un
nuevo mecanismo fisiológico de depuración y eliminación de sustancias tóxicas
tal y como son el ADN de estos y probablemente de otros muchos patógenos.
MENOS DOLOROSO PARA LOS ANIMALES
Hasta el momento, en los mamíferos salvajes en libertad o en
los de zoológicos, la leishmaniosis es diagnosticada a partir muestras
biológicas. Su obtención supone un grave estrés para los animales, además de
unas condiciones especiales de almacenamiento y transporte.
Para tomar muestras de sangre, piel o médula ósea en animales
vivos hay que capturarlos y someterlos a sedación o anestesia. En el caso de
cadáveres, el análisis se complica ya que la lisis y putrefacción del organismo
impide la detección de la infección parasitaria.
El zorro negro una especie autóctona española |
“El nuevo método permite obtener, almacenar y transportar las
muestras de pelo de forma más sencilla y no es nada cruento para los animales.
Su estabilidad permite un almacenamiento y transporte a temperatura ambiente”,
asegura el científico.
UN PARÁSITO QUE SE INCORPORA AL ADN DEL PELO
Este mismo equipo de investigación publicaba un estudio
pionero que demostraba la existencia de ADN extraño (extracorpóreo) acumulado
en el pelo de perros afectados de leishmaniosis visceral.
En este artículo se describía el desarrollo de un nuevo
sistema de diagnóstico y los posibles mecanismos de incorporación del ADN
mitocondrial del parásito Leishmania infantum al pelo de los pacientes
infectados.
Por ser la leishmaniosis (visceral, cutánea y mucocutánea) una
enfermedad en la que los animales –silvestres y domésticos– son responsables de
la existencia de leishmaniosis humana, este método de diagnóstico (denominado
PCR cuantitativo) aplicado a las muestras de pelo, “facilitará el conocimiento
de los animales silvestres que participan en los ciclos salvajes y rurales de
las leishmaniosis en todo el mundo”, apunta Muñoz.
EN FUENLABRADA, EL MAYOR BROTE EN ESPAÑA
La leishmaniasis, una enfermedad parasitaria, es bien
conocida por los dueños de perros, que hasta hace no mucho debían sacrificarlos
si la contraían. Más raro es haber oído de la leishmaniasis en humanos y,
todavía más, conocer a alguien que la haya padecido. La enfermedad tiene una
incidencia anual de unos dos millones de casos en todo el mundo, sobre todo en
África, el subcontinente indio y América Latina. En España también es endémica,
como en otros países de la cuenca mediterránea, pero tradicionalmente solo
venían registrándose algunas decenas de casos cada año. Pero entre 2010 y 2012 la localidad madrileña de Fuenlabrada se
enfrentó al mayor brote registrado en España con casi 300 casos, cuando
entre 2008 y 2019 solo se registraron 15
en la zona.
Los técnicos municipales de salud pública estudiaron posibles
reservorios (animales que son portadores, a veces asintomáticos, del parásito):
perros, gatos e incluso liebres, conejos y ratas, de las que atraparon varios
ejemplares para su análisis.
También se instalaron en distintos puntos de Bosquesur
trampas de ricino (adhesivas) y otras de luz (por la noche) para atrapar
flebotomos y para analizar analizar si están infectados por el protozoo.
Flebótomo, Phlebotomus pappatasi |
Además, el Ayuntamiento de Fuenlabrada intensificó las
labores de desintectación y desbroce habituales en las zonas verdes del
municipio. Incluso en Leganés se desecaron lagunas estacionales en el conocido
parque de Polvoranca.
Fuentes: unex // agenciasinc // el país
unex: http://parasit6.unex.es/foswiki/pub/EEPP/LeishmaniosisCanina/Tema2-Leishmaniosis-2parte-imagenes.pdf
Publicado en el blog de ANECPLA: http://www.anecpla.com/blog-anecpla-332#.VUj8EpMwC8g
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