La probabilidad de que se produzca un brote o
epidemia con un número relativamente elevado de casos es extremadamente baja
La infección por virus del Zika ha provocado
un gran revuelo mediático en las últimas semanas. La magnitud de la epidemia en
Brasil y el aumento de malformaciones fetales han generado alarma incluso en
poblaciones donde el riesgo es muy bajo. ¿Hay razones objetivas para ello?
mosquitos portadores del virus Zika |
En primer lugar, la situación en América
Latina es distinta de la que se da ahora mismo en Europa. En el continente
americano, el virus zika se ha expandido mucho en poco más de un año, debido a
que se trata de un virus nuevo al que toda la población es susceptible (no ha
sido expuesta previamente), y sobre todo debido a que su vector, el mosquito
Aedes, es el mismo que transmite enfermedades víricas como dengue o chikunguña
y está ampliamente distribuido en la región.
Europa es, hasta ahora, el único continente
donde no se ha registrado transmisión autóctona del virus, aunque el mosquito
vector Aedes albopictus (mosquito tigre) está presente en toda la costa
mediterránea. Aunque, si bien es probable que ocurran casos de transmisión
autóctona de la enfermedad e incluso que se puedan presentar algunos brotes
limitados, la probabilidad de que se produzca un brote o epidemia con un número
relativamente elevado de casos es extremadamente baja. Los meses más propicios
para que ocurriera una transmisión autóctona son entre mayo y octubre, ya que
en invierno prácticamente no se detecta la presencia del vector. Además, las
condiciones de vida doméstica (aire acondicionado, ventanas, etc.) y sanitarias
(acceso al sistema de salud, capacidad de diagnóstico) son distintas a las
existentes en América Latina. Ello no es óbice para que se extremen las
precauciones, que básicamente consisten en intentar reducir al máximo
(erradicar parece imposible) el mosquito tigre de nuestros municipios. Menos
mosquitos, menos riesgo de transmisión.
La alarma generada estos días recuerda a la
situación que se vivió meses atrás con el chikunguña. De hecho, no es el único
paralelismo entre ambas enfermedades: las dos son transmitidas por el mismo
vector, las dos provocan síntomas similares y las dos han causado grandes
epidemias en América Latina que han dado lugar a la detección de casos
importados en Europa. Para el chikunguña, que lleva más tiempo entre nosotros,
ya existen cifras que pueden ser tomadas como referencia: en poco menos de una
década, habiendo millones de casos en el mundo, ha provocado algunos casos de
transmisión autóctona y tres brotes de escasa repercusión en Europa (menos de
220 casos en 10 años). Es cierto que se necesitan urgentemente más estudios
para confirmar la asociación causa-efecto entre la infección por zika en el
embarazo y la microcefalia, así como con otro síndrome neurológico (síndrome de
Guillain Barré) que ha afectado a algunos adultos. Es imprescindible que se
desarrollen pruebas comerciales que faciliten el diagnóstico serológico de la
infección, ahora complejo. Es también necesario (y es una historia triste
repetida) que se desarrolle una vacuna segura y efectiva, que hoy por hoy, “ni
está ni se la espera”, por lo menos hasta dentro de varios años. Pero no es
menos cierto que no hay motivos para el pánico. Es momento de extremar la
vigilancia epidemiológica y de aplicar el principio de precaución que indica a
las mujeres embarazadas que eviten viajar a zonas de transmisión de virus del
Zika y se protejan al máximo de los mosquitos.
mosquito posible portador del virus Zika |
La situación en Europa requiere activar el
estado de alerta, pero no el de alarma. Nos recuerda, como tantas veces, que
tenemos un sistema sanitario potente que debe dedicar recursos y esfuerzos a la
vigilancia
La situación en Europa requiere activar el
estado de alerta, pero no el de alarma. Nos recuerda, como tantas veces, que
tenemos un sistema sanitario potente que debe dedicar recursos y esfuerzos a la
vigilancia, prevención y control de múltiples enfermedades emergentes en un
mundo globalizado. La colaboración entre sistemas de vigilancia veterinaria y
de control de vectores, sistemas de vigilancia epidemiológica en humanos y el
sistema sanitario asistencial, especialmente en atención primaria y en atención
especializada son esenciales.
La información y la comunicación de una
situación como esta, relativamente nueva, incierta y cambiante, tanto a la
población como a los profesionales sanitarios, son aspectos básicos a los que
hay que prestar especial atención. En salud pública siempre debemos estar muy
atentos a comunicar lo que sabemos, lo que creemos y lo que podemos demostrar.
Conviviremos con el zika en los próximos
meses, seguro, bien sea siguiendo la situación en América, bien aconsejando a
los viajeros internacionales y siempre haciendo la pregunta fundamental a todo
paciente que consulta por un cuadro febril: ¿De dónde viene?
Fuente: El País, miércoles 27 de enero de
2016
Las imágenes las he conseguido tras una búsqueda en Google Imágenes por "mosquito Zika". Agradezco a sus autores por compartirlas en la red.
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