miércoles, 23 de mayo de 2012

La piel con abundante pelo mantiene a raya a las chinches de la cama








Tener una piel peluda puede ser clave para evitar ser picado por las chinches de la cama (Cimex lectularius). A esta conclusión llegaron investigadores de la Universidad de Sheffield (Reino Unido), tras comprobar que el pelo actúa como elemento disuasorio para los insectos y a la vez como sistema de alerta para la victima.



A pesar de que estamos relativamente desnudos en comparación con otros primates, el cuerpo humano está cubierto de una capa de pelo fino (vello y pelo terminal) con una densidad folicular relativamente alta.

Existen pocas explicaciones para el mantenimiento evolutivo de este tipo de cabello humano, por lo que investigadores de la Universidad de Sheffield comprobaron experimentalmente la hipótesis de que el pelo del cuerpo humano juega una función defensiva contra los ectoparásitos, como las chinches de la cama.


Cimex lectularius- CDC
Tras colocar chinches hambrientas sobre brazos afeitados y sin afeitar, los investigadores de Sheffield comprobaron que los insectos eran más propensos a conseguir alimentarse en el primer caso, y que la existencia de pelo en la piel ralentiza a las chinches al buscar el lugar en la piel para picar, mientras que el vello más fino actúa como sistema de alerta para la victima.

El profesor M. Siva-Jothy, autor del estudio publicado en la revista Biology Letters, afirma que " una mayor presencia de pelo en el cuerpo significa una mejor detección de parásitos, ya que los pelos tienen terminaciones nerviosas que nos permiten detectar el desplazamiento de estos. Al mismo tiempo, el pelo tiene un efecto disuasorio y ralentiza la acción del parásito."

Sin embargo, a pesar de que los hombres son naturalmente más peludos que las mujeres, no parecen ser mordidos con menos frecuencia.

El investigador sugiere que esto se debe a una batalla evolutiva entre las chinches y sus presas. Los insectos se han adaptado automáticamente a picar en las zonas del cuerpo con menos pelo, como muñecas y tobillos. Agregó que la vellosidad extrema también puede ser más un inconveniente que una ventaja, ya que la existencia de abundante pelo largo y grueso facilita que los insectos se oculten, incluso después de haberlos detectado.

Según Siva-Jothy, el ser humano mantiene evolutivamente el revestimiento de vello como ayuda para detectar parásitos y la pérdida de éste, incluso del vello más fino, supone una disminución o pérdida de ésta capacidad.



Fuente: BBC News

Publicado en Higiene Ambiental Vie, 18/Mayo/2012





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