Hace
unos años, un médico de Ghana nos llamó la atención a mi esposa y a mi sobre el
impacto devastador que las mordeduras de serpiente estaban teniendo en su
comunidad. Nos impactó enterarnos de que estos animales matan entre 81.000 y
138.000 personas en todo el mundo cada año, además de muchos otros que sufren
daños físicos y mentales. Como comparación, el dengue, provocado por picaduras
de mosquitos, arranca 20.000 vidas al año. Pese a su enorme impacto, las
mordeduras de serpiente es la mayor crisis de salud pública de la que nunca has
oído hablar. Y, hasta la fecha, ha pasado desapercibida.
La
mordedura de serpiente es, sobre todo, una enfermedad de los pobres. Sobre
todo, afecta a las sociedades más humildes como las comunidades rurales del
África subsahariana, Asia, Oceanía y Latinonamérica. Los granjeros
minifundistas, sus familias, los pastores y las personas desplazadas son
particularmente vulnerables. Estos grupos suelen carecer de las protecciones
más básicas, como calzado a prueba de serpientes o redes para las camas. Una
vez picado, incluso si la víctima sobrevive, es posible que ya no pueda
sostener a su familia. Los niños sienten que deben trabajar en vez de ir al
colegio o los familiares que deben compartir sus recursos escasos para ayudar a
cuidar a la familia afectada.En muchas áreas remotas, la falta de transporte y
las malas carreteras impiden el tratamiento rápido de las víctimas de
picaduras. Incluso cuando las víctimas llegan al hospital, pueden encontrarse
con que no hay personal cualificado o el equipamiento adecuado para tratarles.
Estos desafíos crónicos se disparan por la escasez de antídotos seguros,
efectivos y accesibles en las zonas del mundo donde el riesgo de estos
incidentes es endémico. La decisión de algunas farmacéuticas en los últimos
años de parar la producción por completo, junto a la difusión simultánea de
antídotos de mala calidad, ha empeorado el problema.Pero hay algunas buenas
noticias: el mes pasado, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó una resolución
sin precedente en la que llama a tomar pasos inmediatos y efectivos para
abordar la crisis de las serpientes. La iniciativa se une a la decisión de la
Organización Mundial de la Salud de introducir las picaduras en la lista de
enfermedades tropicales ignoradas y de crear un grupo de trabajo para crear una
hoja de ruta exhaustiva para abordar el problema. Son pasos adelante muy
importantes, pero se necesita hacer más.
Los
países afectados, sus socios institucionales y todas las partes implicadas
tienen que movilizar urgentemente los fondos necesarios para facilitar que los
sistemas públicos de salud puedan crear programas que puedan prevenir y tratar
las picaduras de serpiente.La producción de antídotos ha cambiado de forma
drástica desde el siglo XIX. Aunque la tecnología ha ayudado a mejorarlos y a
reducir su precio considerablemente, la gente se sigue muriendo. La cooperación
estrecha con los fabricantes puede asegurar que los avances en la efectividad
de los sueros antiveneno no afecten a la accesibilidad para los más pobres y
las personas más vulnerables. Yo he visto de primera mano como secretario
general de la ONU cómo se puede conseguir este objetivo cuando pedí a las
empresas farmacéuticas que bajaran los precios de los medicamentos contra el
virus del sida y compartiesen los resultados de sus investigaciones para
permitir que estos medicamentos que salvan vidas puedan estar disponibles en
los países en vías de desarrollo a precios asequibles. Podemos aprender de la
experiencia y hacer progresos de forma inmediata mientras allanamos el camino
para que lleguen las soluciones sostenibles y a largo plazo gracias al
desarrollo de la capacidad de producción local de antídotos en las regiones
afectadas. Para acabar, tenemos una necesidad urgente de mejorar los datos de
lo que supone el lastre actual de las picaduras de serpiente en todo el mundo.
Los expertos ya se han dado cuenta de que el número real de víctimas puede ser
mucho mayor y una mayor inversión en mejorar los datos incrementará nuestra
capacidad para destinar los recursos a los lugares apropiados y para poner en
marcha programas y políticas con mayor conocimiento.
Yo
estoy convencido de que los envenenamientos por picaduras de serpiente suponen
un gran reto para la salud pública. Pero es a su vez un reto que se puede
superar. Esta es una crisis olvidada y necesitamos tomar medidas de forma
inmediata, decidida y mantenida en el tiempo para hacerle frente. Trabajando
juntos para erradicar la lacra de las picaduras de serpiente, podemos salvar
las vidas de decenas de miles de personas en algunos de los rincones más pobres
y marginales de nuestro mundo.(*) Kofi Annan es presidente de la Fundación Kofi
Annan en Ginebra, premio Nobel de la Paz y ex secretario general Naciones
Unidas.
Fuente:
Lista
de serpientes más vevenosas:
Mamba
Negra (Dendroaspis Polylepis)
Cobra
Real (Ophiophagus Hannah)
Cascabel
Diamante (Crotalus Atrox)
Mamba
Verde (Dendroaspis Angusticeps)
Crótalo
del Bambú (Trimeresurus Popeorum)
Taipán
del Interior (Oxyuranus Microlepidotus)
Recuerdo
que la empresa donde yo trabajaba, durante varios años hicimos el control de
plagas de todas las instalaciones de las minas de carbón, central térmica y otras
instalaciones de Andorra, Teruel.
Como el
carbón que se extrae en Teruel es lignito, el más pobre de la antracita, hulla
y lignito, precisaba de un carbón más rico, la hulla, para el encendido de las
calderas y otros. Para ello se traía hulla de Sudáfrica. Venía en barco hasta
el puerto de Valencia, luego en tren y por último en camión hasta la montaña de
reserva en la Central Térmica.
Yo no
las vi, pero sí que nos avisaron de que en la montaña de carbón habían
aparecido vistosas serpientes de colores entre amarillo y anaranjado. Sinónimo
de su vistosidad era su peligrosidad. Seguro que entre el carbón venían huevos
que en los calores veraniegos nacían las serpientes.
Serpiente
coral sudafricana (Aspidelaps lubricus)
Víbora
de gabón (Bitis gabonica)
Cobra
del cabo (Naja nívea)
Intencionalmente no he reproducido ninguna imagen de mordedura de serpiente, pues en muchos casos las imágenes son desagradables.
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