Algunas
abejas no responden a los estímulos sociales. Investigadores de la Universidad
de Illinois (EE.UU.) han logrado identificarlas y han demostrado el parecido
entre su perfil genético y el asociado al autismo. Su trabajo demuestra cómo la
evolución puede usar vías moleculares muy parecidas en organismos muy
distintos.
Todos
conocemos a las abejas melíferas, aparte de por producir el dulce y viscoso
fluido que acompaña muchos de nuestros desayunos, por su ordenada vida social.
Son trabajadoras y cumplidoras, construyen la colmena, producen miel y jalea, y
protegen a su reina. Sin embargo, algunas abejas no siguen estas normas, no
responden a los estímulos sociales, y no interaccionan con sus compañeras. Un
reciente estudio revela que estas abejas “antisociales” tienen un perfil
genético similar a los trastornos del espectro autista (TEA), los cuales
también se asocian con dificultades en la integración social.
A pesar
de que los circuitos neuronales de abejas y humanos funcionan de manera muy
distinta, algunos mecanismos moleculares son muy parecidos. El estudio
demuestra la herencia compartida entre diferentes especies y ofrece pistas
sobre la evolución del comportamiento social en el mundo animal gracias a la
comparativa genómica. Los resultados demuestran la conservación de los genes
implicados en los TEA humanos y cómo están asociados a los genes de respuesta
social en abejas.
Guardianas,
nodrizas e indiferentes
Gene
Robinson, director del Carl R. Woese Institute for Genomic Biology de la
Universidad de Illinois (EE.UU.) y líder del proyecto, explica en EurekAlert:
“Dentro de una misma colmena unas abejas son más activas que otras, pueden
tener diferentes roles y no todas actúan como guardianas.” No obstante, cuando
observaron que algunas abejas ni se inmutaban en presencia de una larva de
abeja reina, se dieron cuenta que algo raro estaba pasando. Es normal que unas
abejas respondan a unos estímulos más que a otras, pero no era normal que
hubiera abejas que no respondieran a ningún tipo de estímulo.
Carl R. Woese Institute for Genomic Biology de la Universidad de Illinois |
Los
investigadores realizaron dos tipos de experimentos para analizar la reacción
individual a diferentes situaciones. En el primero introdujeron una abeja
externa al grupo. Las abejas con instinto “guardián” respondieron acorralando a
la extraña, incluso dañándola. En el segundo test, introdujeron una larva reina
inmadura, esto despertó los instintos de las abejas nodrizas que empezaron a
alimentar a la larva.
Testaron
246 individuos, de siete colonias distintas, en grupos de 10. La mayoría
respondieron al menos a una de las situaciones, pero un 14% permanecieron
impávidas frente a ambos estímulos. Seguidamente, analizaron los niveles de
expresión en sus cerebros, y encontraron más de 1.000 genes que estaban
regulados de manera distinta entre abejas guardianas, nodrizas e
“indiferentes”. Estas diferencias no se esperaban debido a sus haplotipos
parecidos y a la inseminación artificial.
A
continuación, compararon estos genes con los genes implicados en varias
enfermedades mentales, como la esquizofrenia, la depresión, o el trastorno del
espectro autista (TEA). De este modo, encontraron una gran coincidencia entre
los genes activados en las abejas indiferentes y los genes asociados al
autismo, pero ninguna correlación con los genes asociados a las otras condiciones.
Se
desconoce si estos genes provienen de un ancestro común entre abejas y humanos
o han aparecido por mecanismos de evolución convergente – mecanismos evolutivos
independientes a partir de ancestros diferentes y procesos de desarrollo
distintos. Pero, como Robinson concluye en su entrevista para EurekAlert, “lo
emocionante de este estudio es que parece que hay un núcleo de similitud entre
nosotros y las abejas, una herencia animal común que podría conducir a un
comportamiento social similar.”
Una vez
más, la genómica comparativa ha demostrado ser una herramienta clave para
determinar de manera rigurosa si los comportamientos similares entre humanos e
especies distantes a nosotros reflejan mecanismos moleculares parecidos.
https://www.eurekalert.org/pub_releases/2017-07/uoia-sfp072817.php |
Fuente:
Study finds parallels between unresponsive honey bees, human autism
Publicado en ANECPLA, el 15 de septiembre de 2017
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