Si hay una especie animal en la que las hembras no son bien
vistas, es en los mosquitos. Llevadas por la necesidad de ingerir sangre para
producir huevos, sus picaduras pueden ser transmisoras de enfermedades como la
malaria, el dengue, o el virus zika. Reducir las poblaciones de mosquitos
hembra mediante la genética es una propuesta de la Universidad de Virginia
(EEUU).
Anopheles gambiae |
Mosquitos hembra: en entornos habitados por humanos cuantas
menos mejor
Los insectos utilizan diversos mecanismos y señales
moleculares primarias de determinación del sexo a nivel cromosómico, entre
ellos el sistema XX/XY, en el que el macho determina el sexo.
Los mosquitos del género Anopheles poseen cromosomas X e Y
bien diferenciados y la evidencia genética sugiere que un factor M dominante en
el cromosoma Y controla el desarrollo masculino en estos insectos. El mismo
cromosoma Y del Anopheles regula también el comportamiento de apareamiento.
De ahí que el interés en descifrar los misterios del
funcionamiento de este material genético es enorme, para arrojar luz sobre el
mecanismo y la evolución de la diferenciación sexual en estos mosquitos.
El resultado puede tener una aplicación práctica relevante
para millones de personas: sólo los mosquitos hembra transmiten patógenos de
enfermedades, como la malaria o el dengue, ya que sólo ellas se alimentan de
sangre, asi que poder incidir en la determinación del sexo de las poblaciones
de mosquitos podría ser un nuevo enfoque en el control de plagas.
Un gen que puede acabar con las hembras
Siguiendo esta línea de investigación, científicos de la
Universidad de Virginia en EEUU han descubierto un gen que puede reducir la
cantidad de mosquitos hembra a lo largo de varias generaciones.
Aedes albopictus |
Con la aplicación de un determinado gen del cromosoma Y en
los autosomas (cromosomas no responsables de la determinación del sexo) en
mosquitos Anopheles stephensi, especie urbana transmisora de la malaria, los
autores del estudio lograron que murieran el 100% de todos los embriones
femeninos que heredaron este gen.
La copia adicional de este gen, al que llamaron Guy1, se
transmite a ambos sexos, pero sólo los machos sobreviven. Además, estos
mosquitos machos no mostraron ninguna desventaja reproductiva detectable en el
laboratorio.
La proteína Guy1 sólo se transmite a la mitad de la
progenie, dejando algunas hembras que no han heredado el gen entre los
mosquitos de la próxima generación. Conseguir que toda la descendencia sea
masculina es uno de los futuros
objetivos de los investigadores.
Fuente: Universidad de Virginia
Publicado en Higiene Ambiental, el martes 4 de octubre de 2016
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