sábado, 20 de enero de 2018

Especies protegidas. Coleópteros 1

Como ya he comentado en mi blogs de Las piedras de Juan María, ahora estoy ocupado en el curso que he empezado a impartir esta semana en el CIFO de Santa Coloma de Gramenet, cerca de Barcelona, un certificado de profesionalidad de nivel 3 de Gestor de servicios de control de organismos nocivos, si bien a mi me tocan el segundo MF0800_3 y parte del tercero MF0801_3.

Ayer los alumnos me pidieron que preparara una presentación sobre las especies protegidas o dicho de una forma más específica Relación de Especies incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y en su caso, en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.

Como fuentes tenemos:

https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2011-3582

http://www.mapama.gob.es/es/biodiversidad/temas/conservacion-de-especies/especies-proteccion-especial/ce-proteccion-listado.aspx



En el listado primero aparece la flora, luego los invertebrados, empezando por los artrópodos (crustáceos, insectos, arácnidos), moluscos, gasterópodos y otros, peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos.

Por esto empezamos por los insectos que aparentemente podrían pensarse que todos son considerados como plaga, pero algunos están en régimen de protección especial como especies protegidas.

Así un caso singular es el del cerambícido Cerambyx cerdo que causa grandes daños en las dehesas extremeñas y salmantinas sobre las encinas y los robles.

El primer orden a considerar de los insectos son los Coleópteros.

Buprestis splendens


Vulnerable
Carabus (Mesocarabus) riffensis


Vulnerable
Cerambyx cerdo



Chasmatopterus zonatus


Vulnerable
Dorysthenes (Opisognathus) forficatus



Cucujus cinnaberinus


En peligro de extinción
Limoniscus violaceus
Escarabajo resorte

Vulnerable
Lucanus cervus



Osmoderma eremita


Vulnerable
Pimelia granulicollis
Pimelia de las arenas

En peligro de extinción
Rhopalomesites euphorbiae
Picudo de la tabaiba de monte

En peligro de extinción
Rosalia alpina




He realizado una búsqueda en Google Imágenes por el nombre científico de cada una de las especies, consiguiendo estas fotografías. Agradezco a sus autores por compartirlas en la red. En algunas figura su autor.

El interés de mostrar estas imágenes no es otro que poner cara y ojos a unas especies que en ocasiones no tienen ni nombre común, por lo que son difíciles de identificar y por lo tanto, imposibles de proteger.

Buprestis splendens









Carabus (Mesocarabusriffensis








Cerambyx cerdo
















domingo, 14 de enero de 2018

Código de buenas prácticas para el uso profesional de rateras

Las trampas mecánicas para el control de ratas y ratones son herramientas válidas para reducir el nivel de biocidas químicos utilizados y proteger el medio ambiente. Pero no están exentas de riesgos, que se pueden mitigar con un uso correcto y responsable de las mismas. La BPCA británica acaba de publicar un código de buenas prácticas para el uso de rateras, que establece recomendaciones sobre su uso en diversos entornos y situaciones.



Código de buenas prácticas para el uso profesional de rateras

La Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas del Reino Unido (BPCA) ha publicado su Código de Buenas Prácticas para el uso de trampas mecánicas para el control de ratas y ratones, dirigido a los profesionales del control de plagas.

En él se recogen recomendaciones claras para un uso profesional correcto de estas herramientas, tanto en interiores como en exteriores. Y en este último caso, prohibe terminantemente el uso de trampas descubiertas, por ser un riesgo para las especies no diana, mascotas o niños.

incisivos de una rata 


Vamos a ver algunos de sus puntos:

¿Cuándo utilizar rateras?

Es apropiado utilizarlas dentro de un programa de control de plagas, para controlar poblaciones de roedores residentes o prevenir el acceso de roedores intrusos. 

Para conseguir un control rápido de la población de roedores, las rateras se utilizan conjuntamente con otros métodos, por ejemplo cebos tóxicos.
Son apropiadas para situaciones en las que el uso de cebo tóxico está restringido pero se necesita un medio letal para eliminar a los roedores.





Recomendaciones para el uso interno


Tanto las trampas cerradas como las descubiertas pueden ser apropiadas para un control rápido de infestaciones en interiores.

Las trampas abiertas son apropiadas en áreas donde el roedor puede ser atraido hacia la placa de activación, con el uso de un cebo adecuado o canalizándolo directamente hacia la placa de activación. Hay que evaluar el uso de las trampas abiertas, de manera que se minimicen los riesgos para animales no diana o las personas, asi como para evitar una captura incorrecta o poco respetuosa del roedor.  Por ejemplo ubicando la trampa directamente en frente de un agujero o utilizando algún material para dirigir al roedor directamente sobre la placa de activación.
Las trampas con placas de activación pequeñas, diseñadas simplemente para mantener el cebo, deben estar bien cebadas.
Las trampas sin cebo no deberían usarse en áreas abiertas, donde los roedores podrían tropezar con ellas y quedar atrapados, y solo deben estar al final de un embudo o medio para dirigir al roedor directamente sobre la placa de activación.


Recomendaciones para el uso externo


Las trampas descubiertas no deben utilizarse nunca en el exterior debido al riesgo para animales no diana.

En el exterior, las trampas siempre deben estar en una caja o túnel adecuado, cuyo diseño canalice al roedor hasta la placa de activación, y deben ubicarse de manera que se minimice el riesgo para otros animales.
Excepto en situaciones muy específicas, es inapropiado colocar trampas a lo largo de las cercas perimetrales de manera permanente. Las trampas solo deberían desplegarse externamente tras una minuciosa evaluación del riesgo, por ejemplo en áreas donde los roedores representen un problema de salud pública que justifique el uso permanente de trampas en exteriores.
Las trampas pueden dejarse desactivadas pero con cebo no tóxico, y una vez que se detecte actividad de roedores, activarlas. Esto es útil para superar la neofobia en las ratas y en situaciones en las que la actividad es esporádica.


Control/monitorización de roedores intrusos


En algunas circunstancias, el uso de cebo tóxico para la monitorización de la actividad de los roedores en interiores no es seguro o es inapropiado. El uso de trampas de captura es en estos casos una opción válida y efectiva para el control de roedores intrusos, la prevención de infestaciones internas y la protección de la salud pública.

A menos que prevalezcan circunstancias muy especiales, las trampas descubiertas no son apropiadas para el control o monitoreo permanente de roedores, ya que el riesgo de captura inadecuada o poco respetuosa del roedor es considerable. En caso de utilizarlas, es necesario realizar previamente una evaluación del riesgo.
Todas las trampas ubicadas de forma permanente deben estar ubicadas en una caja o tunel apropiado, para dirigir al roedor directamente sobre la plataforma de activación. Las trampas deben incluirse dentro de un plan o lista de verificación, y debe mantenerse un registro de su inspección. De forma regular, deben comprobarse para asegurarse de que todavia son funcionales y en caso de estar estropeadas u obstruidas por suciedad ambiental, deben ser reemplazas. La frecuencia de la verificación de trampas debe estar en línea con la evaluación del riesgo.


El documento puede descargarse en la web de la BPCA

Fuente: BPCA  https://bpca.org.uk/

 Publicado en Higiene Ambiental, lunes 8 de enero de 2018

Otros enlaces de interés:  
 https://bpca.org.uk/write/MediaUploads/Documents/Codes%20of%20Best%20Practice/COBP-Spring-Trapping-Version-1-2013.pdf

https://bpca.org.uk/write/MediaUploads/Documents/Codes%20of%20Best%20Practice/COBP-CRRU-Rodent-Control-and-Safe-Use-of-Rodenticides-2015.PDF

https://bpca.org.uk/write/MediaUploads/Documents/PPC%20Back%20Issues/PPC84-Professional-Pest-Controller-Magazine-BPCA.pdf

https://www.pestmagazine.co.uk/en/news/posts/2017/july/call-for-new-standards-for-rat-mice-and-mole-traps

http://www.cieh.org/uploadedFiles/Core/Policy/Environmental_protection/Pest_management/NPAP/pest_control_procedures_in_the_housing_sector.pdf

https://spca.bc.ca/wp-content/uploads/AnimalKind-Wildlife-Control-Standards_version-1.2_June2017.pdf

jueves, 4 de enero de 2018

Moscas y moscardones trasladan gran cantidad de bacterias capaces de producir infecciones

Por si quedaban dudas de que moscas y moscardones son vectores mecánicos de ciertos agentes patógenos para los humanos, un estudio internacional que detalla el microbioma de estos insectos lo deja claro: en el interior y el exterior de sus cuerpos se encuentra una gran cantidad de bacterias, que trasladan de un lado a otro en sus muchos desplazamientos, capaces de producir infecciones como bacteriemias, septicemias y gastroenteritis.

Moscas y moscardones trasladan gran cantidad de bacterias capaces de producir infecciones


Si ya era conocido que las moscas pueden transmitir microorganismos por regurgitación, por excreción o por contacto, un nuevo estudio que describe exhaustivamente el microbioma que albergan y transportan, es decir la información genética tanto de ellas mismas como de los microorganismos que suelen convivir con ellas, confirma su capacidad vectorial.

Moscas y moscardones conviven con el ser humano en todo el mundo, tanto en espacios urbanos como naturales. Dado que se alimentan y se reproducen en materia fecal o en materia orgánica en descomposición, y antes o después se posan sobre alimentos, superficies u objetos, pueden dejar un rastro poco deseable y nada higiénico.

Este nuevo estudio, publicado en Scientific Reports, muestra el conocimiento que puede extraerse mediante el análisis del microbioma de moscas individuales, que aporta información aplicable a la vigilancia ambiental y de salud pública, así como a las ciencias forenses.



Las protagonistas del estudio fueron 63 ejemplares de moscardón de la especie Chrysomya megacephala y 53 ejemplares de mosca de la especie Musca domestica.




Estos 116 insectos fueron recogidos en diversos hábitats (entorno urbano, rural y natural)  en tres continentes diferentes, congelados en hielo seco y sometidos a un exhaustivo estudio genético.

Microbios propios y compartidos


A pesar de habitar nichos ecológicos similares, se observaron algunas diferencias en la composición y abundancia de organismos en las comunidades microbianas asociadas a los insectos. No obstante, moscas domésticas y moscardones comparten más del 55% de su microbioma, que es probable que hayan adquirido en los hábitats similares donde se alimentan y reproducen estos vectores voladores.

Las bacterias se mostraron como el principal componente de dicho microbioma. Miembros del filo Proteobacterias, Bacteroidetes y Firmicutes son los organismos más abundantes en los microbiomas de ambos, moscas domésticas y moscardones

La preponderancia de Proteobacterias en moscardones se asocia principalmente a la presencia del endosimbionte Wolbachia (Alphaproteobacteria), mientras que en las moscas domésticas predomina Psychrobacter (Gammaproteobacteria). Sin embargo, otros miembros de las Proteobacterias también son componentes principales de los microbiomas de moscardones y moscas domésticas, incluidos los géneros Enterobacter, Escherichia, Klebsiella, Proteus, Morganella, Hafnia, Pseudomonas, Aeromonas, Acinetobacter, Providencia y Serratia.



El análisis del microbioma compartido mostró que siete taxones están presentes en al menos el 80% de todas las moscas analizadas, incluyendo E. coli y Enterobacter cloacae. Ambas especies son bacterias gramnegativas, que se encuentran como parte de la flora intestinal normal de humanos y animales. Sin embargo, las cepas de E. cloacae pueden jugar un papel importante en las infecciones nosocomiales del tracto urinario y respiratorio, mientras que los serotipos de E. coli son típicamente responsables de intoxicaciones alimentarias e infecciones gastrointestinales.

A parte del microbioma compartido, se detectaron también taxones de bacterias especificos de cada huésped, con un total de 114 especies microbianas halladas sólo en las moscas domésticas y 79 sólo en los moscardones.

Los patógenos humanos potenciales identificados en los microbiomas de moscardones y moscas domésticas son especies asociadas con infecciones nosocomiales y genéricas, como bacteriemias, septicemias y gastroenteritis.

Las bacterias oportunistas y potencialmente patógenas, identificadas en ambos microbiomas, no están necesariamente directamente asociadas con la infección de un huésped específico, ya sea humano o animal. Es importante tener en cuenta que los vectores mecánicos dispersan toda una gama de especies bacterianas a una variedad de huéspedes, no obstante el riesgo de infección depende en última instancia del grado de susceptibilidad del huésped, y del contacto con el agente patógeno transportado por el insecto vector de un reservorio a otro.

El microbioma de las partes del cuerpo de las moscas


Si hasta el momento la mayoria de estudios han investigado el tracto intestinal de los insectos, sin tener en cuenta la parte exterior del cuerpo de las moscas, es una hipótesis plausible que las patas, las alas, las piezas bucales y otras partes de la superficie del cuerpo constituyan la via principal de dispersión microbiana en los vectores mecánicos.

Asi que, puestos a analizar la relación de moscas y moscardones con las bacterias que transportan, en el estudio se investigó también la abundancia bacteriana en cuatro partes distintas del cuerpo: cabeza, tórax, abdomen y patas/alas.



Se comprobó que los microorganismos asociados a las moscas no están restringidos a su tracto gastrointestinal. A pesar de tener una masa corporal pequeña (pero mayor superficie), la fracción patas/alas mostró la mayor diversidad de especies bacterianas y, probablemente, desempeña un papel importante en la dispersión de bacterias por la mosca, de un lugar de aterrizaje a otro.

Se apreció también que el microbioma de la cabeza y el tórax son más similares entre si, mientras que los microbiomas del abdomen y las patas/alas se agrupan por separado.

Un descubrimiento que sorprendió a los investigadores fué la presencia de la bacteria Helicobacter pylori, un importante patógeno humano, principalmente en las patas y las alas de moscardones. Helicobacter pylori, que puede producir úlceras úlceras pépticas, un mayor riesgo de linfoma de tejido linfoide asociado a la mucosa e incluso adenocarcinoma gástrico, tiene una ruta de transmisión poco conocida. La presencia de cepas virulentas de la bacteria en las moscas capturadas en el ambiente natural indica que éstos insectos podría ser una ruta potencial de dispersión del patógeno a humanos y animales.

Los moscardones portadores (15 de los 116 muestreados), que fueron recolectados en Brasil, probablemente adquirieron la bacteria en zonas con aguas residuales sin tratamiento o en letrinas. No se ha determinado si Helicobacter pylori sobrevive y persiste en el cuerpo externo de la mosca, sin embargo permanece viable durante 12 horas en placas de agar expuestas al aire, y puede ser ingerido y excretado por moscas domésticas infectadas en condiciones de laboratorio. Además, el pH ácido del intestino medio de las moscas puede desempeñar un papel en la viabilidad de H. pylori. Estos hallazgos indican que se necesita un estudio más detallado de las rutas alternativas de transmisión de H. pylori, en particular las que pueden estar mediadas por moscas en entornos urbanos y rurales.

Mecanismo de transmisión mecánica


Para investigar los mecanismos mecánicos de transmisión bacteriana, se colocaron moscas sobre una placa con un cultivo de bacterias E.coli, que caminaron sobre ella y posteriormente lo hicieron sobre la superficie de placas de agar estériles. Después de incubar estas placas, se observó que el crecimiento de E. coli coincidió con las huellas de las caminatas realizadas por las moscas.

Este simple experimento muestra claramente que las moscas pueden dispersar bacterias viables de un sitio de aterrizaje a otro y que el inóculo puede persistir con el tiempo y después de una serie de contactos individuales. El experimento mostró también poca evidencia de crecimiento bacteriano por el contacto del abdomen o partes bucales de la mosca con el agar, lo que indica que las patas de las moscas son la principal fuente de dispersión de bacterias. Moscas y moscardones poseen características anatómicas en sus patas, como pelos o almohadillas, recubiertos con sustancias que aumentan la adhesión de partículas a las patas. Estas estructuras maximizan el área de superficie y pueden promover la retención de bacterias, que luego pueden dispersarse a otras superficies.



El camino de la mosca sobre el agar puede apreciarse como huellas después de la incubación. La línea de crecimiento indica que la dispersión de bacterias por la mosca se produce principalmente a través de las patas. El patrón de movimiento coincide con la disposición de los tres pares de patas, con el primer y el tercer par que resultan en un crecimiento bacteriano linear, casi continuo, y el segundo par de patas generando colonias circulares separadas en el exterior de las líneas. En algunos casos, fue posible observar un crecimiento bacteriano entre las líneas de crecimiento, probablemente producido por el contacto con la parte bucal de la mosca.

Fuente: The microbiomes of blowflies and houseflies as bacterial transmission reservoirs, Scientific Reports

Publicado en Higiene Ambiental el 4 de diciembre de 2017



Las imágenes proceden del artículo original, por lo que para mayor información, así como para conocer la bibliografía correspondiente a este estudio, diríjase a la fuente original.

Agradezco a sus autores por compartirlo en la red, para mejor conocimiento del público interesado en este tema.

martes, 2 de enero de 2018

Plantas tóxicas y peligrosas en parques y jardines y 2

¡No toques! Estas son las plantas más venenosas
Trompeta del ángel.

La trompeta del ángel (Brugmansia) es popular en América, pero su hermosa forma también atrae a quienes deciden plantarla en jardines europeos. De ella se extraen diversos alcaloides tropánicos como la escopolamina, que en pequeñas dosis se usa como alucinógeno (se bebe como té), pero que con mayores ingestas produce parálisis, alucinaciones, automutilaciones y hasta la muerte.

Las azucenas (Lilium) no son tóxicas para los humanos pero sí para los gatos, que si llegan a comer las flores pueden tener un cuadro de insuficiencia renal crónica o morir al poco tiempo.

¡No toques! Estas son las plantas más venenosas
Adelfa.

Adelfa (Nerium olander)

 
Adelfas, foto tomada en una calle de Marbella (Málaga)

También es conocida como el laurel de jardín, pero los vascos tienen un nombre más preciso: eriotz-orri, o sea, hoja de la muerte. Sus hermosas flores blancas o rosas llaman a engaño: son sumamente venenosas, como sus hojas, tallos, ramas y semillas. O sea, toda la planta es un peligro.

Su toxicidad es tal que hasta la miel que se puede crear de su néctar puede matar a una persona. Si a alguien se le ocurriera probarla, sentiría fuertes dolores de estómago, que pasarían a diarreas y vómitos y luego a mareos, convulsiones, taquicardia y hasta paro cardíaco.

¡No toques! Estas son las plantas más venenosas
Manzanillo, o "manzanita de la muerte".

Manzanita de la muerte


Manzanillo, o "manzanita de la muerte".


Por suerte, el saber popular bautiza a algunas plantas con nombres que advierten su peligro. El manzanillo (Hippomane mancinella) crece en las tierras cálidas de América, y si se tiene la mala suerte de rozar el tronco y tocar la savia, la piel puede quedar escaldada. Cuidado: si llueve y a alguien se le ocurre protegerse bajo sus hojas, la savia diluida con agua puede causar infecciones cutáneas.

Prenderle fuego tampoco es buena idea: el humo puede producir ceguera. Pero el verdadero peligro, como la fruta prohibida de Adán, es su pequeña manzana verde, tan bonita como tóxica, que causa fuertes vómitos y puede causar muerte por deshidratación.

¡No toques! Estas son las plantas más venenosas
Cicuta.

Cicuta (Conium maculatum)

 

Cicuta (Conium maculatum)


Cicuta (Conium maculatum)


Altivo y orgulloso de no reconocer a los dioses griegos, Sócrates bebió una copa de cicuta y murió instantes después. El componente peligroso es la cicutoxina, que se concentra en las raíces y actúa sobre el sistema nervioso. Si alguien puede sobrevivir a las violentas convulsiones, los vómitos y los fuertes calambres musculares, quedará la amnesia como secuela a largo plazo.

¡No toques! Estas son las plantas más venenosas
Ricino.

Ricino (Ricinus communis).


Ricino (Ricinus communi)



De esta esta planta de frutos rojizos y puntiagudos se elabora el jarabe de ricino, un purgante que se crea con sus semillas. Pero de ese extracto quedan unas toxinas, la ricina, uno de los venenos naturales más potentes que se puedan encontrar. La sustancia bloquea el metabolismo celular, que no puede crear proteínas, y aniquila las células.

Las consecuencias pueden durar una semana, en un desagradable cuadro de vómitos, diarrea y convulsiones, hasta llegar al fallecimiento. Con cuatro semillas se puede matar a una persona. Bien lo sabía Agatha Christie, que solía ofrecer a sus misteriosos asesinos una dosis de este veneno para cometer sus crímenes.

¡No toques! Estas son las plantas más venenosas
Regaliz americano.

Regaliz americano (Abrus precatorius)


Regaliz americano (Abrus precatorius)



Sus semillas, ovaladas y de un rojo intenso, se solían usar como joya artesanal o cuentas de rosario. Pero si por accidente se rompe la cobertura y se prueba su interior, se entrará en un cuadro de náuseas, vómitos y el bloqueo del sistema digestivo; y en tres o cuatro días puede llegar la muerte. Las semillas contienen la toxina abrina, que impide la síntesis de las proteínas. Sólo 3 gramos de este componente son mortales. Y una semilla contiene mucho más.

¡No toques! Estas son las plantas más venenosas
Acónito común.

Acónito común (Aconitum napellus)


Acónito común (Aconitum napellus)



En Cataluña se la conoce como tora blava, por el color violáceo de sus hojas; pero también es presentada como matallops (matalobos), porque estos animales morían al comer sus raíces. Su potente veneno ya era utilizado por las tribus bárbaras para envenenar sus flechas, y en la Edad Media se lo presentaba como una forma de ejecución más piadosa.

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Se la encuentra entre los 1.500 y 2.000 metros de altura en los Pirineos, y llevarse la mano a la boca tras tocarla ya puede tener efectos desagradables. Si algún imprudente la prueba tiene que causarse el vómito porque no hay antídoto y, tras graves complicaciones digestivas, la muerte puede llegar en un par de horas. Solo un gramo de aconitina, su toxina, ya es suficiente para matar a un adulto.

¡No toques! Estas son las plantas más venenosas
Belladona.

Belladona (Atropa belladonna)


Belladona (Atropa belladonna)



Esta planta, muy extendida por la cuenca mediterránea, es fácil de encontrar en el Pirineo aragonés y catalán. Sus toxinas, llamadas atropina y escopolamina, se encuentran en sus tallos, hojas y raíces. Pero sus bayas son su elemento más peligroso, porque su color morado puede ser confundido por algunos incautos, y basta ingerir de 10 a 20 frutos para causar la muerte.

¡No toques! Estas son las plantas más venenosas
Zapatera.

Zapatera (Coriaria myrtifolia)


Zapatera (Coriaria myrtifolia)



Es otra planta que se encuentra en los montes pirenaicas, y como la belladona, sus frutos pueden confundirse con la zarzamora. Se han reportado casos de intoxicación grave y de una muerte en Terrassa por ingerir este fruto.

Su nombre alude a que se la usa en la industria del calzado y la curtiembre, y en la zona de campo, en Aragón, se recuerda que las cabras y ovejas se "emborrachan" cuando ingieren sus hojas –y las puede llegar a matar si comen varias-.

¡No toques! Estas son las plantas más venenosas
Matacabras.

Matacabras (Daphne mezereum)


Matacabras (Daphne mezereum)



Matacabras (Daphne mezereum)



Ya lo anticipa su nombre: tiene como víctimas principales a los bóvidos que ingieren sus frutos. Se encuentra entre los 1.000 y 2.000 metros de altura de los Pirineos, y aunque la medicina tradicional suele usarla como purgante, no está de más advertir que comer 10 o 15 bayas puede ser mortal.

J.P. Missé / La Vanguardia

Fuente: https://www.clarin.com/viajes/toques-plantas-venenosas_0_E1y7nfEXb.html

Salvo la adelfa que la foto es mía, realizada en una calle de Marbella, Málaga, las restantes fotos están conseguidas tras búsquedas por el nombre científico de cada planta en Google Imágenes. Agradezco a los autores de estas fotos por compartirlas en la red.