Por si
quedaban dudas de que moscas y moscardones son vectores mecánicos de ciertos
agentes patógenos para los humanos, un estudio internacional que detalla el
microbioma de estos insectos lo deja claro: en el interior y el exterior de sus
cuerpos se encuentra una gran cantidad de bacterias, que trasladan de un lado a
otro en sus muchos desplazamientos, capaces de producir infecciones como
bacteriemias, septicemias y gastroenteritis.
Moscas
y moscardones trasladan gran cantidad de bacterias capaces de producir
infecciones
Si ya
era conocido que las moscas pueden transmitir microorganismos por
regurgitación, por excreción o por contacto, un nuevo estudio que describe
exhaustivamente el microbioma que albergan y transportan, es decir la
información genética tanto de ellas mismas como de los microorganismos que
suelen convivir con ellas, confirma su capacidad vectorial.
Moscas
y moscardones conviven con el ser humano en todo el mundo, tanto en espacios
urbanos como naturales. Dado que se alimentan y se reproducen en materia fecal
o en materia orgánica en descomposición, y antes o después se posan sobre
alimentos, superficies u objetos, pueden dejar un rastro poco deseable y nada
higiénico.
Este
nuevo estudio, publicado en Scientific Reports, muestra el conocimiento que
puede extraerse mediante el análisis del microbioma de moscas individuales, que
aporta información aplicable a la vigilancia ambiental y de salud pública, así
como a las ciencias forenses.
Las
protagonistas del estudio fueron 63 ejemplares de moscardón de la especie
Chrysomya megacephala y 53 ejemplares de mosca de la especie Musca domestica.
Estos
116 insectos fueron recogidos en diversos hábitats (entorno urbano, rural y
natural) en tres continentes diferentes,
congelados en hielo seco y sometidos a un exhaustivo estudio genético.
Microbios
propios y compartidos
A pesar
de habitar nichos ecológicos similares, se observaron algunas diferencias en la
composición y abundancia de organismos en las comunidades microbianas asociadas
a los insectos. No obstante, moscas domésticas y moscardones comparten más del
55% de su microbioma, que es probable que hayan adquirido en los hábitats
similares donde se alimentan y reproducen estos vectores voladores.
Las
bacterias se mostraron como el principal componente de dicho microbioma.
Miembros del filo Proteobacterias, Bacteroidetes y Firmicutes son los
organismos más abundantes en los microbiomas de ambos, moscas domésticas y
moscardones
La
preponderancia de Proteobacterias en moscardones se asocia principalmente a la
presencia del endosimbionte Wolbachia (Alphaproteobacteria), mientras que en
las moscas domésticas predomina Psychrobacter (Gammaproteobacteria). Sin
embargo, otros miembros de las Proteobacterias también son componentes
principales de los microbiomas de moscardones y moscas domésticas, incluidos
los géneros Enterobacter, Escherichia, Klebsiella, Proteus, Morganella, Hafnia,
Pseudomonas, Aeromonas, Acinetobacter, Providencia y Serratia.
El
análisis del microbioma compartido mostró que siete taxones están presentes en
al menos el 80% de todas las moscas analizadas, incluyendo E. coli y
Enterobacter cloacae. Ambas especies son bacterias gramnegativas, que se
encuentran como parte de la flora intestinal normal de humanos y animales. Sin
embargo, las cepas de E. cloacae pueden jugar un papel importante en las
infecciones nosocomiales del tracto urinario y respiratorio, mientras que los
serotipos de E. coli son típicamente responsables de intoxicaciones
alimentarias e infecciones gastrointestinales.
A parte
del microbioma compartido, se detectaron también taxones de bacterias
especificos de cada huésped, con un total de 114 especies microbianas halladas
sólo en las moscas domésticas y 79 sólo en los moscardones.
Los
patógenos humanos potenciales identificados en los microbiomas de moscardones y
moscas domésticas son especies asociadas con infecciones nosocomiales y
genéricas, como bacteriemias, septicemias y gastroenteritis.
Las
bacterias oportunistas y potencialmente patógenas, identificadas en ambos
microbiomas, no están necesariamente directamente asociadas con la infección de
un huésped específico, ya sea humano o animal. Es importante tener en cuenta
que los vectores mecánicos dispersan toda una gama de especies bacterianas a
una variedad de huéspedes, no obstante el riesgo de infección depende en última
instancia del grado de susceptibilidad del huésped, y del contacto con el
agente patógeno transportado por el insecto vector de un reservorio a otro.
El
microbioma de las partes del cuerpo de las moscas
Si
hasta el momento la mayoria de estudios han investigado el tracto intestinal de
los insectos, sin tener en cuenta la parte exterior del cuerpo de las moscas,
es una hipótesis plausible que las patas, las alas, las piezas bucales y otras
partes de la superficie del cuerpo constituyan la via principal de dispersión
microbiana en los vectores mecánicos.
Asi
que, puestos a analizar la relación de moscas y moscardones con las bacterias
que transportan, en el estudio se investigó también la abundancia bacteriana en
cuatro partes distintas del cuerpo: cabeza, tórax, abdomen y patas/alas.
Se
comprobó que los microorganismos asociados a las moscas no están restringidos a
su tracto gastrointestinal. A pesar de tener una masa corporal pequeña (pero
mayor superficie), la fracción patas/alas mostró la mayor diversidad de
especies bacterianas y, probablemente, desempeña un papel importante en la
dispersión de bacterias por la mosca, de un lugar de aterrizaje a otro.
Se
apreció también que el microbioma de la cabeza y el tórax son más similares
entre si, mientras que los microbiomas del abdomen y las patas/alas se agrupan
por separado.
Un
descubrimiento que sorprendió a los investigadores fué la presencia de la
bacteria Helicobacter pylori, un importante patógeno humano, principalmente en
las patas y las alas de moscardones. Helicobacter pylori, que puede producir
úlceras úlceras pépticas, un mayor riesgo de linfoma de tejido linfoide
asociado a la mucosa e incluso adenocarcinoma gástrico, tiene una ruta de
transmisión poco conocida. La presencia de cepas virulentas de la bacteria en
las moscas capturadas en el ambiente natural indica que éstos insectos podría
ser una ruta potencial de dispersión del patógeno a humanos y animales.
Los
moscardones portadores (15 de los 116 muestreados), que fueron recolectados en
Brasil, probablemente adquirieron la bacteria en zonas con aguas residuales sin
tratamiento o en letrinas. No se ha determinado si Helicobacter pylori
sobrevive y persiste en el cuerpo externo de la mosca, sin embargo permanece
viable durante 12 horas en placas de agar expuestas al aire, y puede ser ingerido
y excretado por moscas domésticas infectadas en condiciones de laboratorio.
Además, el pH ácido del intestino medio de las moscas puede desempeñar un papel
en la viabilidad de H. pylori. Estos hallazgos indican que se necesita un
estudio más detallado de las rutas alternativas de transmisión de H. pylori, en
particular las que pueden estar mediadas por moscas en entornos urbanos y
rurales.
Mecanismo
de transmisión mecánica
Para
investigar los mecanismos mecánicos de transmisión bacteriana, se colocaron
moscas sobre una placa con un cultivo de bacterias E.coli, que caminaron sobre
ella y posteriormente lo hicieron sobre la superficie de placas de agar
estériles. Después de incubar estas placas, se observó que el crecimiento de E.
coli coincidió con las huellas de las caminatas realizadas por las moscas.
Este
simple experimento muestra claramente que las moscas pueden dispersar bacterias
viables de un sitio de aterrizaje a otro y que el inóculo puede persistir con
el tiempo y después de una serie de contactos individuales. El experimento
mostró también poca evidencia de crecimiento bacteriano por el contacto del
abdomen o partes bucales de la mosca con el agar, lo que indica que las patas
de las moscas son la principal fuente de dispersión de bacterias. Moscas y
moscardones poseen características anatómicas en sus patas, como pelos o
almohadillas, recubiertos con sustancias que aumentan la adhesión de partículas
a las patas. Estas estructuras maximizan el área de superficie y pueden
promover la retención de bacterias, que luego pueden dispersarse a otras
superficies.
El
camino de la mosca sobre el agar puede apreciarse como huellas después de la
incubación. La línea de crecimiento indica que la dispersión de bacterias por
la mosca se produce principalmente a través de las patas. El patrón de
movimiento coincide con la disposición de los tres pares de patas, con el
primer y el tercer par que resultan en un crecimiento bacteriano linear, casi
continuo, y el segundo par de patas generando colonias circulares separadas en
el exterior de las líneas. En algunos casos, fue posible observar un
crecimiento bacteriano entre las líneas de crecimiento, probablemente producido
por el contacto con la parte bucal de la mosca.
Fuente: The microbiomes of blowflies and houseflies as
bacterial transmission reservoirs, Scientific Reports
Publicado en Higiene Ambiental el 4 de diciembre de 2017
Las imágenes proceden del artículo original, por lo que para mayor información, así como para conocer la bibliografía correspondiente a este estudio, diríjase a la fuente original.
Agradezco a sus autores por compartirlo en la red, para mejor conocimiento del público interesado en este tema.