En el jardín
Hay varias plantas que suelen embellecer los jardines, pero
que pueden ser sumamente tóxicas, y la precaución debe extremarse tanto con los
niños como con las mascotas.
Hiedra
Por ejemplo, el contacto con la hiedra (Hedera helix) puede
causar dermatitis y levantar ampollas, aunque peor son sus bayas, cuya ingesta
provoca náuseas, diarrea y vómitos.
Las grandes hojas del filodendro (Philodendron) suelen
quedar muy bonitas en los grandes parques, pero son muy tóxicas si alguien se
lleva un trozo a la boca. Tanto las hojas como las raíces y el tallo contienen
oxalato de calcio, del que una cantidad pequeña produce ardor en labios y boca,
pero en cantidades más grandes puede llevar a convulsiones, pérdida del
conocimiento y hasta la muerte.
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Hortensia.
La hortensia (Hydrangea) es muy popular por sus hermosas
flores azules, violetas o rojas. Pero detrás de esta belleza se encuentra un
glucósido cianogenético llamado hidragina, cuyos efectos son similares a los
del cianuro. Una pequeña dosis puede causar vómitos y fuertes dolores de
estómago, pero cantidades mayores pueden llevar a paros cardíacos y la muerte.
Trompeta del ángel.
La trompeta del ángel (Brugmansia) es popular en América,
pero su hermosa forma también atrae a quienes deciden plantarla en jardines
europeos. De ella se extraen diversos alcaloides tropánicos como la
escopolamina, que en pequeñas dosis se usa como alucinógeno (se bebe como té),
pero que con mayores ingestas produce parálisis, alucinaciones,
automutilaciones y hasta la muerte.
Las azucenas (Lilium) no son tóxicas para los humanos pero
sí para los gatos, que si llegan a comer las flores pueden tener un cuadro de
insuficiencia renal crónica o morir al poco tiempo.
Adelfa.
Adelfa (Nerium olander)
También es conocida como el laurel de jardín, pero los
vascos tienen un nombre más preciso: eriotz-orri, o sea, hoja de la muerte. Sus
hermosas flores blancas o rosas llaman a engaño: son sumamente venenosas, como
sus hojas, tallos, ramas y semillas. O sea, toda la planta es un peligro.
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Su toxicidad es tal que hasta la miel que se puede crear de
su néctar puede matar a una persona. Si a alguien se le ocurriera probarla,
sentiría fuertes dolores de estómago, que pasarían a diarreas y vómitos y luego
a mareos, convulsiones, taquicardia y hasta paro cardíaco.
Manzanillo, o "manzanita de la muerte".
Manzanita de la muerte
Por suerte, el saber popular bautiza a algunas plantas con
nombres que advierten su peligro. El manzanillo (Hippomane mancinella) crece en
las tierras cálidas de América, y si se tiene la mala suerte de rozar el tronco
y tocar la savia, la piel puede quedar escaldada. Cuidado: si llueve y a
alguien se le ocurre protegerse bajo sus hojas, la savia diluida con agua puede
causar infecciones cutáneas.
lesión por contacto con Hippomane mancinella |
lesión por contacto con Hippomane mancinella |
Prenderle fuego tampoco es buena idea: el humo puede
producir ceguera. Pero el verdadero peligro, como la fruta prohibida de Adán,
es su pequeña manzana verde, tan bonita como tóxica, que causa fuertes vómitos
y puede causar muerte por deshidratación.
Cicuta.
Cicuta (Conium maculatum)
Altivo y orgulloso de no reconocer a los dioses griegos,
Sócrates bebió una copa de cicuta y murió instantes después. El componente
peligroso es la cicutoxina, que se concentra en las raíces y actúa sobre el
sistema nervioso. Si alguien puede sobrevivir a las violentas convulsiones, los
vómitos y los fuertes calambres musculares, quedará la amnesia como secuela a
largo plazo.
Ricino.
Ricino (Ricinus communis)
De esta esta planta de frutos rojizos y puntiagudos se
elabora el jarabe de ricino, un purgante que se crea con sus semillas. Pero de
ese extracto quedan unas toxinas, la ricina, uno de los venenos naturales más
potentes que se puedan encontrar. La sustancia bloquea el metabolismo celular,
que no puede crear proteínas, y aniquila las células.
Las consecuencias pueden durar una semana, en un
desagradable cuadro de vómitos, diarrea y convulsiones, hasta llegar al
fallecimiento. Con cuatro semillas se puede matar a una persona. Bien lo sabía
Agatha Christie, que solía ofrecer a sus misteriosos asesinos una dosis de este
veneno para cometer sus crímenes.
Regaliz americano.
Regaliz americano (Abrus precatorius)
Sus semillas, ovaladas y de un rojo intenso, se solían usar
como joya artesanal o cuentas de rosario. Pero si por accidente se rompe la
cobertura y se prueba su interior, se entrará en un cuadro de náuseas, vómitos
y el bloqueo del sistema digestivo; y en tres o cuatro días puede llegar la
muerte. Las semillas contienen la toxina abrina, que impide la síntesis de las
proteínas. Sólo 3 gramos de este componente son mortales. Y una semilla
contiene mucho más.
Acónito común.
Acónito común (Aconitum napellus)
En Cataluña se la conoce como tora blava, por el color
violáceo de sus hojas; pero también es presentada como matallops (matalobos),
porque estos animales morían al comer sus raíces. Su potente veneno ya era
utilizado por las tribus bárbaras para envenenar sus flechas, y en la Edad
Media se lo presentaba como una forma de ejecución más piadosa.
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Se la encuentra entre los 1.500 y 2.000 metros de altura en
los Pirineos, y llevarse la mano a la boca tras tocarla ya puede tener efectos
desagradables. Si algún imprudente la prueba tiene que causarse el vómito
porque no hay antídoto y, tras graves complicaciones digestivas, la muerte
puede llegar en un par de horas. Solo un gramo de aconitina, su toxina, ya es
suficiente para matar a un adulto.
Belladona.
Belladona (Atropa belladonna)
Esta planta, muy extendida por la cuenca mediterránea, es
fácil de encontrar en el Pirineo aragonés y catalán. Sus toxinas, llamadas
atropina y escopolamina, se encuentran en sus tallos, hojas y raíces. Pero sus
bayas son su elemento más peligroso, porque su color morado puede ser
confundido por algunos incautos, y basta ingerir de 10 a 20 frutos para causar
la muerte.
Zapatera.
La Zapatera (Coriaria myrtifolia)
Es otra planta que se encuentra en los montes pirenaicas, y
como la belladona, sus frutos pueden confundirse con la zarzamora. Se han
reportado casos de intoxicación grave y de una muerte en Terrassa por ingerir
este fruto.
Su nombre alude a que se la usa en la industria del calzado
y la curtiembre, y en la zona de campo, en Aragón, se recuerda que las cabras y
ovejas se "emborrachan" cuando ingieren sus hojas –y las puede llegar
a matar si comen varias-.
Matacabras.
La Matacabras (Daphne mezereum)
Ya lo anticipa su nombre: tiene como víctimas principales a
los bóvidos que ingieren sus frutos. Se encuentra entre los 1.000 y 2.000
metros de altura de los Pirineos, y aunque la medicina tradicional suele usarla
como purgante, no está de más advertir que comer 10 o 15 bayas puede ser
mortal.
J.P. Missé / La Vanguardia
Todas las imágenes las he conseguido por una búsqueda del nombre de la planta en latín en Google Imágenes. Agradezco a lois autores de las fotografías por compartirlas en la red.
Las fotos de las hortensias son del autor de esta entrada.
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