El uso global de insecticidas neonicotinoides en la
agricultura es una de las posibles causas de la disminución de las poblaciones
de abejas, polinizadores clave en la mayoría de los ecosistemas. Un estudio
realizado en Alemania muestra que estos potentes insecticidas sistémicos
interfieren en la capacidad de las abejas para alimentar correctamente a sus
larvas.
la jalea real sirve de alimento para las ninfas |
Cambios en la composición de la jalea real
Hace ya tres años que la Comisión Europea, basándose en un
informe científico realizado por la EFSA, aprobó una propuesta para restringir
el uso de tres insecticidas de la familia de los neonicotinoides, la clotianidina, el imidacloprid y el
tiametoxam, para proteger a las abejas.
Desde entonces son diversos los estudios que aportan
evidencias sobre el daño que este tipo de plaguicidas provocan en el sistema
nervioso o en el sistema reproductivo de las abejas. Investigadores de las
universidades de Mainz y de Frankfurt (Alemania) reportan un nuevo efecto
indeseable de los neonicotinoides, que afecta al desarrollo de las larvas de
las abejas, y que es una indicación más de que estos insecticidas representan
un claro peligro para estos insectos.
Foto publicada en http://ecoosfera.com/2013/10/diesel-otro-factor-que-amenaza-la-supervivencia-de-las-abejas/ |
En el estudio descubrieron que los neonicotinoides, en
concentraciones bajas y en concentraciones de campo relevantes, reducen la
concentración del neurotransmisor acetilcolina en la jalea real, el alimento
para las larvas, secretada por las abejas melíferas (Apis mellifera carnica)
nodrizas.
La jalea real es producida por la glándula hipofaríngea de
las abejas nodrizas y contiene altas concentraciones de acetilcolina. Esta
sustancia se conserva perfectamente en la jalea por su pH ácido de 4.0, que
evita que se degrade y asegura que llegue intacta a las larvas. La acetilcolina
es una molécula de señalización, que se produce en los llamados microcanales de
la glándula de la jalea real de las abejas nodrizas y es importante para el
desarrollo de las larvas de las abejas.
Para comprobarlo, en pruebas realizadas en laboratorio, los
autores del estudio eliminaron la acetilcolina de la jalea real y el resultado
fué una muerte más temprana de las larvas que se alimentaron de ésta, en
comparación de las que se alimentaron con jalea que contenía acetilcolina.
Para examinar con más detalle el efecto de los neonicotinoides
sobre el contenido de acetilcolina en la jalea, se expusieron colonias de
abejas a diversas concentraciones de insecticidas neonicotinoides: clotianidina
(100 partes por billon [ppb]) y tiacloprid (8,800 ppb).
La segregación de acetilcolina en la glándula hipofaríngea y
su contenido en el alimento para las larvas disminuyó un 80%, después de la
exposición durante 4 semanas.
En exposiciones a mayores dosis, incluso se pudo verificar
que el contenido de acetilcolina puede reducirse incluso en un 75% y que las
dosis más altas producen, además, daños en los microcanales y en las células
secretoras de la glándula de la jalea, poniendo en peligro el desarrollo normal
de las larvas.
las abejas transporte el polen de las flores |
Incluso concentraciones de campo relevantes bajas de
tiaclopid (200 ppb) y clotianidina (1 y 10 ppb), redujeron el nivel de
acetilcolina en el alimento de las larvas y mostraron un inicio de efectos
adversos en el desarrollo de éstas.
Los resultados de esta investigación han sido publicados en
la revista científica PLoS ONE.
Honeybees
Produce Millimolar Concentrations of Non-Neuronal Acetylcholine for Breeding:
Possible Adverse Effects of Neonicotinoids , PlosOne, junio 2016
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